Desde la diócesis de Quilmes se destacó la aprobación por parte del papa León XIV del decreto del Dicasterio para las Causas de los Santos que reconoce el milagro atribuido al venerable Enrique Shaw (foto), quien entre otras cosas dirigió la fábrica Rigolleau de Berazategui.
En ese selaido se compartió el comunicado de la Comisión Ejecutiva del Episcopado Argentino, que imprime de alegría de toda la Iglesia con este paso impotante a la beatificación del empresario argentino.
El comunicado, tras señalar la alegría por dicha promulgación, que reconoce el milagro sucedido por la intercesión del Siervo de Dios Enrique Shaw. señala que "como argentinos nos llena el corazón este reconocimienteo que habilita la pronta beatificación de este hijo de la Iglesia, que no solamente pasó haciendo el bien (Hch 10.38) identificándos sí con el Maestro, sino que su testimonio luminoo sigue animando el compromiso pastoral de tantos hermanos y hermanas de nuestra patria. Damos gracias a Dios por su testimonio.
"Enrique -recordaba hace poco el Santo Padre León XIV- promovió salarios justos, impulsó programas de formación, se preocupó por la salud de los obreros y acompañó a sus amilia en sus n ecesidades mas concrets. No concebía al rentabilida dcomo un absoluto sino como un aspecto importante para sostener uan empresa humana, justa y solidaria.
"Como pastores, aprovechamos la ocasión para renovar nuestro apoyo a tantas iniciativas vinculadas a la obra de Enrique Shaw, especialmente ACDE (Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas) de la que fue su impulsor y primer presiente a fin de que permanezca siempre la concienca tan propia del Siervo de Dios acerca de que "la industira no es solo un enganaje productivo ni un medio de acumulación de capital, sino una verdadera comunidad de personas llamadas a crecer juntas.
"Acompañamos y alentamos también a la Acción Católica Argentina, en la cual el se nutrió cristianamente y a la Unviresiad Católica Argentina de quien fue uno de los mas entusiastas promotores, a recibir con gratitud la noticia de su pronta beatificación renovando la conciencia de que el "mundo necesita con urgencia de empresarios y dirigentes que, por amor a Dios y al prójimo, trabajen en favor de una economía que esté al servicio del bien común".
Suscriben el comunicado Marcelo Daniel Colombo, arzobispo de Mendoza y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.
Y Raúl Pizarro, obispo auxiliar de San Isidro y secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina.
LA BIOGRAFIA
Enrique Shaw nació el 26 de febrero de 1921, perdió a su madre cuando era muy pequeño en 1925. Su padre, cumpliendo un pedido de su esposa, confió la ormación de su hijo a un sacerdote.
Fue alumno del colegio La Salle e ingresó luego a la Escuela Naval Militar, donde afloró su extraordinrio testimonio de fe. Mientras navegaba los mares del sur descubrió su compromiso en la labor apostólica.
En 1943 se casó con Cecilia Bunge, hija del fundador de Pinamar, y tuvieron 9 hijos.
En 1945 pidió la baja de la Armada argentina para responder a su vocación por Dios con una especial misión.
Su corazón lo llevó a querer convertirse en obrero, pero el consejo de un sacerdote le abrió otra perspectiva y decidió llevar el Evangelio al empresariado.
Llegó a ser director de Cristalerías Rigolleau S.A., y se convirtió en un ejemplo de dirigente.
Desde muy joven tuvo el propósito de avanzar en el camino de la santidad. Su vida fue testimonio de virtudes cristianas y demostró que es posible conducir con eficacia una empresa, aplicando los principios de la doctrina social de la Iglesia.
Fue uno de los impulsores de la creación de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa y fue su primer presidente. Integró el Consejo de Administración de la Universidad Católica Argentina, trabajó para conformar la Acción Católica Argentina y el Movimiento Familiar Cristiano, y promovió la sanción de la ley de asignaciones familiares.
Shaw murió de cáncer el 27 de agosteo de 1962 en Buenos Aires. Se recuerda que durante el proceso desu grave enermedad, se realizaron múltiples transfusiones de sangre y todos los obreros de Rigolleau participaron en esa donación para salvarle la vida. Prueba elocuente del cariño que había cosechado a lo largo de su gestión en la empresa.
EL MILAGRO
En cuanto al milagro que se le atribuye, se trató de un niño que recibió el golpe de un caballo que lo deó inconciente y al borde de la muerte. El hecho ocurrió en la localidad bonaerense de Suipacha el 21 de junio de 2015.
En este caso, la intercesión de Enrique Shaw logró recuperar a ese niño, porque fue una curación científicamente inexplicable para un chico de seis años, golpeado por el equino, con una lesión craneana gravísima.
Sus padres, vinculados a ACDE, rezaron fervientemente a Shaw para pedir su intercesión. El niño se recuperó en forma inesperada, sin explicación médica y volvió a la vida normal rápidamente.
Hoy ese niño es un adolescente y lleva una via normal. Una curación que la cienciano logró explicar y que fue reconocida porla Iglesia a tavés del decreto publicado en la fecha.
En abril de 2021 el papa Fancisco autorizó la promulgación del decreto que reconoce las virtudes heroicas del venerable empresario, laico fiel y padre de familia numerosa.

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