Lo que parecía imposible hace un tiempo hoy parece ser una realidad. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, celebró el acuerdo entre Israel y el grupo terrorista Hamas para que de una vez por todas la guerra cese en ese espacio de Medio Oriente, con centro en Gaza.
Dicen que Hamas va a liberar a 20 rehenes mientras que Israel hará lo propio con unos 1500 palestinos.
Se habla de que la liberación será el próximo lunes y la expectativa pasa por saber si entre los rehenes que serán liberados habrá argentinos. Digamos que Hamas también va a entregar rehenes muertos, con todo lo que eso significa.
Recordemos que el 7 de octubre de 2023 se produjo el ataque de Hamas a Israel, con una cuota alta de muertos, heridos, torturados, sacrificados en forma horrenda.
Ese tremendo espectáculo, que vivió el mundo aquel trágico 7 de septiembre, generó la reacción de Israel y el comienzo de los ataques durante estos dos años, con miles de muertos entre los palestinos.
Ante una acción tremenda de una violencia sin límites, la respuesta fue una violencia similar de la otra parte.
Donald Trump, el presidente de los Estados Unidos, se puso como bandera de campaña terminar con la guerra y provocar la paz.
Fue mucho tiempo de negociaciones, de dimes y diretes, idas y vueltas, y ahora todo hace suponer que la firma del tratado de paz, que será en las próximas horas en Egipto, será el punto final de una terrible historia.
La mayoría de los países árabes aprobaron el acuerdo, a excepción -no puede ser de otra manera- de Irán, el que suscribió un memorandum con la entonces presidenta de los argentinos, Cristina Kirchner, que se transformó en un pacto de impunidad, porque nunca hay que olvidar que hay pruebas mas que contundentes que adjudican a Irán la autoría de los atentados a la embajada de Israel y a la AMIA.
De todas maneras, el mundo tendría que celebrar el acuerdo, y seguramente el presidente de los Estados Unidos se transformará en el artífice de este logro, e incluso hay quienes imaginan -créase o no- que podría ser ganador del premio Nobel de la paz.
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