Con el objetivo de lograr que Independiente no sea sancionado, el presidente del Rojo, Néstor Grindetti, dijo en Asunción del Paraguay que defenderán los intereses del club para que no sea sancionado por los bochornosos sucesos de anoche en el partio con Universidad de Chile.
En todo momento sostuvo que la culpa fue de los hinchas chilenos y deslindó responsabilidades de su club. Ignoró completamente la acción de barras del Rojo, que cruzaron todo el estadio y fueron a agredir a los pocos hinchas de la U de Chile que quedaban en la tribuna visitante.
Grindetti ignoró la responsabilidad del club local en cuanto a la seguridad en el estadio. Tampoco dio alguna opinión sobre la presencia de los hinchas chilenos en una tribuna ubicada por encima de otra, con simpatizantes del Rojo. No hubo pulmón, tampoco cordón de seguridad, no había policía ni personal de seguridad en la tribuna de los visitantes.
La realidad, que es la única verdad, dice que si bien el origen estuvo en los chilenos la realidad es que la respuesta de los barras de Independiente también fue desproporcionada. Grindettii lo ignoró y en todo caso se hizo el inocente.
La Conmebol, que también tiene responsabilidad al no haber parado el partido cuando la violencia estalló, seguramente dará duras sanciones a los dos clubes, lo mas lógico es desclasificarlos a los dos, para que siga en carrera Alianza Lima, de Perú.
Grindetti tendrá que mirarse al espejo y hacer autocrítica.
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