El créase o no de Ripley tiene todos los días nuevas versiones. Porque en Suiza, concretamente en Ginebra, en el marco de un encuentro por los derechos humanos, la concejal justicialista Eva Mieri, quien desde el 10 de diciembre próximo será la intendenta de Quilmes, denunció que Cristina Kirchner está proscripta en su país.
Con un evidente desprecio por la justicia argentina imaginó que la ex presidenta y ex vicepresidenta fue condenada por la justicia en un proceso viciado.
La realidad, que es la única verdad, habla de un juicio extenso e intenso, que duró muchísimos años y que tuvo fallos de casi una veintena de magistrados, que con una avalancha de pruebas terminó condenado a CFK a seis años de prisión domiciliaria e inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos.
Eva Mieri, que fue procesada días pasados por el atentado contra el domicilio del diputado nacional José Luis Espert, arrojando estiércol y que estuvo varios días presa por decisión de la jueza de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, pareció olvidar su propio proceso y se despachó en el exterior con una denuncia a todas luces inapropiada, representando a alguien, que al igual que la propia CFK y que la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, pretenden hacer creer que la condena no tiene asidero.
Otra cosa que no se entiende es cómo pudo viajar Eva Mieri a Ginebra, al estar procesada por una serie de delitos que tipificó la jueza de San Isidreo.
Como dijo anoche en la entrega de los Martín Fierro, una de las premiadas, la periodista Cristina Pérez, en la Argentina todos somos iguales ante la ley.
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