Por Eduardo Menescaldi
En el reportaje condescendiente que el periodista de C5N, Gustavo Silvestre, le realizó a su amiga, Cristina kirchner, le preguntó si con Javier Milei la República corre peligro. CFK respondió afirmativamente, suponiendo que todo lo que hace el gobierno nacional atenta contra el pueblos, los ciudadanos, los trabajadores.
CFK no parece demasiado alterada por sus causas judiciales. Condenada dos veces por corrupción, en la causa Vialidad, solo espera el veredicto final de la Suprema Corte de Justicia, que tendría que decidir avalar los fallos de los dos tribunales que la juzgaron y decidir su destino de prisión, que será domiciliaria por la edad de la condenada, que supera los 70 años.
Si la Corte no falla antes del Día del Amigo, el 20 de Julio, CFK podrá ser candidata. Decidió postularse como diputada provincial por la tercera sección electoral, porque sabe que tiene una gran posibilidad de lograr un excelente resultado. Conviene señalar que la populosa tercera sección siempre le dio el visto bueno, con La Matanza como puntal, siguiendo con otros distritos como Quilmes, Florencio Varela, Berazategui, Lomas de Zamora, Lanús, etcétera.
Cristina habla de una República en peligro y olvida -una amnesia política irritante- que el kirchnerismo goberno 16 sobre 20 años desde que llegó el kirchnerismo en el 2003 con Néstor y ella, quien fue presidenta dos veces y vicepresidenta con el "elegido" y ahora olvidado Alberto Fernández.
Los tremendos padecimientos de esta sección electoral, como inseguridad, falta de obras, inundaciones, sin cloacas, con calles de tierra, lugares inundables usurpados, cientos de villas miseria, etcétera, se multiplicaron durante la gestión K, con la pobreza como bandera. Como alguien dijo: tanto hablan de los pobres que terminan aumentando la cantidad, con la zanahoria del clientelismo.
CFK tendría que hacer un poco de autocrítica. En los reportajes con sus medios amigos habla maravillas de su gestión, lo que se da de bruces con la realidad que se potencia en el Conurbano.
Ella tendría que darse cuenta que la República corrió peligro durante su gestión, porque se multiplicó la corrupción y se sumaron los jinetes del Apocalipsis, que cabalgaron con su gobierno: cinismo, corrupción, impunidad, hipocresía...
Todo ese combo terminó por estallar con la sorpresa en las elecciones del 2023, que catapultaron al outsider Javier Milei, con La Libertad Avanza, al poder.
Llegó el ajuste brutal, la motosierra, el destape de miles de curros, la desregulación de un Estado elefantiásico que generó un déficit monstruoso con múltiples platos de ñoquis, etcétera. Todo lo que había cabalgado en la campaña de Milei se fue concretando contra viento y marea.
Milei dice que quiere hacer de la Argentina el país mas libre del mundo y su política genera descontento y oposición en los que han visto perdidos sus privilegios, prebendas y demás.
Es cierto que son criticables algunos métodos, los insultos a cuanto se opone en su camino y especialmente al periodismo, incluso con la repudiable expresión del odio a los periodistas y el incremento de ese sentimiento. Es la manera de ser de Milei, guste o no -repudiable cuando se va de cauce y apela al epíteto y al insulto gratuito-, sin embargo CFK tendría que mirarse al espejo y recordar todo lo ocurrido durante la gestión K, incluso los escupitajos a imágenes de periodistas en Plaza de Mayo,alentados por Hebe de Bonafini y compañía.
Quizás llegue un día en que cada cual se ponga el sayo que le quepa.
La República no está en peligro, CFK. En todo caso está tratando de recuperar todo lo perdido durante la gestión K, y en esa reacción a aquella acción, lógicamente se corren muchos riesgos y se saltean muchos límites.
Ojalá que la senda de la República marche hacia un destino de grandez. No se trata de República perdida ni ganada sino simplemente la que abrace el equilibrio para que la Argentina pase a ser e una vez para siempre un país que merezca ser vivido.
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