OSCAR CORBELLI PRESENTO EL LIBRO "UNA LIGA QUILMEÑA"

                                                  Juliana y Oscar Corbelli

En el salón auitorio de la obra social Aprés, en Andrés Baranda y La Rioja, Quilmes Oeste,fue presentado el libro Una Liga Quilmeña, de Oscar Corbelli. La presentación estuvo a cargo de su hija, Juliana, titular de la editora Página Blanca. En la oportunidad, ante un auditorio que vivió con emoción reencuentros y aires quilmeños -Corbelli vive en Madrid, España, desde el 2002- se pudo disfrutar de tres relatos del libro que tienen profundo espíritu quilmeño, con la amistad como bandera y con personajes y episodios quilmeños que calaron hondo en la producción del autor.
La hija contó que esta obra llevó mucho tiempo de realización y se fue concretando con charlas digitales todos los viernes, en las que se fueron cursando las historias, que sumaron ilusión, fantasía, realidad y contenido. Uno de los cuentos, el Velero Azul, fue leido por Alberto Fassiolo, y relata con singular maestría una aventura loca de imaginación, con el recuerdo de Alvaro Núñez Cabeza de Vaca, descubridor de las cataratas del Iguazú, junto al protagonista de la historia y por qué no, el rol del mítico club Náutico de Quilmes. 


                                                        El trío de los Corbelli

Otro relato ensalza la amistad y en ese sentido Oscar Corbelli dijo que se atrevió a involucrar a su amigo, Beto Albanese -cómo no recordar a Nantes Automotores, tan cerca del diario El Sol-  y así construyó una historia con el aura de Lionel Messi, tras el título mundial de Qatar en diciembre de 2022. Lo mas atractivo de la cuestión pasó por saber que Oscar no se veía con Beto desde hacía treinta años, pero esa amistad gestada en el colegio secundario, en los partidos de fútbol -armaban una amistosa zaga central- siguió encendida a tal punto de invitarlo a Beto a que leyera su parte que aparece en el cuento. 
La amistad parece ser uno de los leit motiv del libro, con la definición de que "los amigos pueden ser cómplices excepcionales". 
 Por eso en la presentación Oscar Corbelli contó anécdotas de amigos, como aquella de un partido en San Rafael-Mendoza, donde conocieron las bodegas y luego jugaron, con una derrota 5 a 0. Pero lo mas insólito fue que hubo un olvido del arquero en el micro de regreso, que fue detectado bastante avanzada la vuelta. Hubo asamblea para decidir si lo iban a buscar, y decidieron seguir de viaje a Quilmes, porque entendían que el amigo arquero se las iba a rebuscar para volver. Como así fue. Regresó haciendo dedo y cuando reunió a sus amigos para preguntar por qué no lo fueron a buscar, la respuesta fue de cajón: los amigos deben estar en los momentos difíciles y no en aquellos en que pueden resolver los problemas solos. 
Y entre los emblemáticos lugares quilmeños que quedaron en el imaginario colectivo no olvidar el histórico café de las turcas, las Sabba´s, que en sus míticas paredes encerró miles de anécdotas. Un quilmeño en Madrid, pero que nunca deja de olvidar sus raíces y así lo volcó en el libro.



 AZUL TOMASELLO 


 Toda la velada estuvo amenizada con el piano y el talento de la joven marplatense, profesora de piano, Azul Tomasello, quien surcó el camino musical con varios tangos, como el homenaje a Astor Piazzolla con Adiós Nonino -en uno de los relatos de Una liga quilmeña se ensalza la fitura del gran autor y compositor, destacando su prolífica producción desparramada por el mundo-, y otros tangos clásicos como La última curda, El último café.
 Oscar Corbelli, vale mencionarlo, fue profesor en el Colegio Comercial de Quilmes, Independencia del Perú; también fue fundador del Colegio Privado de Quilmes y su padre teuvo un recordado restaurante, Las ruedas. Es licenciado en administración de empresas, en España tiene muchísimos alumnos con sus charlas académicas, pero si bien lleva mas de dos décadas fuera del país, no olvida sus raíces quilmeñas. Ese "mal del sauce", que tanto difundió el inolvidable historiador, periodista, docente Héctor Chalo Agnelli parece haber quedado en el corazón de Corbelli, que recuerda a sus amigos, su infancia y adolescencia, su impronta quilmeña con un sabor especial. El libro lleva ese sentido, porque en sus páginas aparecen quilmeños históricos como el pintor Manuel Oliveira, el título del Cervecero de 1978, el Club Náutico, ese Quilmes que permanece indeleble en cada uno de los que, peinando canas, no olvidan sus raíces. Y por mas gastronomía española que pueda aparecer en el libro -como en Un secreto ibérico que leyó Zulema Prado- siempre está latente el ser argentino -léase ego positivo- y por supuesto, el quilmeño. Dice Oscar que no es un libro de fútbol, sin embargo se respira balompié por doquier. Y vale destacar que entre los asistentes a la presentación estuvo Mariú Fassiolo, viuda de ese gran centrojás que tuvo el Quilmes AC y el fútbol argentino -Newells, Dock Sud, la selección, Gimnasia- Osvaldo Rubens Rulo Nemiña. Y por qué no, recordar las pizzas inolvidables de La Traviata en Quilmes Oeste, que lo tenían como uno de los dueños junto al Gordo Jorge Mallo y a José Marinovich. 
Quien quiera atesorar en su biblioteca este libro, debe dirigirse a Página Blanca, casa editora. @paginablancaeditora.

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