En un programa de cable, por el canal Deportv, que conduce la periodistra Cecilia Ruffa, el entrevistado fue el técnico de Quilmes, Sergio Rondina, quien se mostró con toda la sinceridad que lo caracteriza y analizó la actualidad y su personalidad con una sorprendente autocrítica.
"Habíamos ganado varios partidos, fuimos a cancha de Atlanta, jugamos mal y perdimos. La gente nos quería matar" sostuvo, hablando del Cervecero.
Sabe que el fútbol se maneja por resultados y en ese sentido seguramente el partido del sábado con Ferro lo vivirá con esa misma pasión y con la misma cuota de autocrítica. Porque una eventual derrota volver a poner cierta preocupación, como cuando dijo, después de una victoria, aquella frase del presidente Raúl Alfonsín: la casa está en orden.
Rondina sabe que aquí todo pasa por los resultados, ni se es el mejor cuando se gana ni el peor cuando se pierde. La primera Nacional es un torneo terrible, quizás el mas duro del ascenso.
Sabe que Quilmes es un grande de la categoría y que tiene todos los sueños del ascenso, que se le viene negando desde hace años. Pero siempre redobla la apuesta y se pone las pilas por el mismo objetivo, que, vale decirlo, también acunan varios de los participantes de un torneo, que tiene 34 integrantes.
Ferro será el sábado una nueva prueba de fuego, porque el Verde llega después de tres derrotas seguidas, lo que genera un clima especial en otro que sueña con el ascenso, que se le niega desde hace muchos mas años que Quilmes.
Alguien que peina canas recordará aquel Ferro del técnico Carlos Griguol, año 1982, que ganó el torneo Nacional en inolvidables finales con Quilmes. Ese Ferro era una máquina de juego, con muchos futbolistas que mas tarde fueron técnicos.
En este sentido el partido del sábado tiene su historia. Quilmes tendrá que ser inteligente para aprovechar el momento del rival, porque Ferro sabe que en su casa no puede "descarrilar" nuevamente en el torneo.
Rondina dijo en esta entrevista intimista que desde hace unos días recurre una vez por semana al psicólogo, porque el mundo fútbol en general y Quilmes en particular genera cuestiones personales que pueden afectar la psiquis.
No hay que olvidar que a los 54 años, Sergio Rondina tiene una extensa y rica trayectoria, habiendo dirigido en todas las categorías del fútbol argentino. No oculta su pasión por Midland y confiesa que como toda hincha quiere que su equipo gane y se molesta cuando eso no ocurre. Sabe diferenciar al profesional del que se sienta en la tribuna para alentar al club de sus amores.
Sabe Rondina que perdió por primera vez en casa el pasado fin de semana con Almagro -el equipo no caía en esa condición desde el año pasado en octubre ante Tristán Suárez- y reconoce que el elenco tiene altibajos, muchas veces manifestados en los primeros tiempos, que obligan a recuperarse en el segundo, aunque el objetivo es tratar de rendir en forma positiva todos los partidos, sobre todo fuera de casa donde está el mayor déficit en materia de resultados.
LA TRAYECTORIA
Como futbolista jugó en Deportivo Merlo, Arsenal, Chacarita Juniors, Estudiantes de Río Cuarto, Defensa y Justicia, Atlanta, Técnica Universitaria (Ecuador) y Argentino de Quilmes (en el Mate en el 2004 jugó 5 partidos y debutó el 28 de febrero, según informa el libro ABC Mate, de Jorge Piru Cioccale y Raúl Herrera).
Como entrenador empezó en Midland, y luego pasó por Cañuelas, Colegiales, Luján, Excursionistas, Flandria, Atlanta, Platense, Villa Dálmine, Arsenal, Nueva Chicago, Los Andes, otra vez Arsenal, Central Córdoba de Santiago del Estero, Colón, Barracas Central, Sarmiento y desde el año pasado, Quilmes.
Cecilia Ruffa, periodista
Comentarios