Sonia Silva Rey y Silvina Sastre
Los artistas tienen magia y le proponen al espectador participar de la invitación. Así fue anocheen el teatro Municipal de Quilmes, con la actriz Silvina Sastre, que puso en escena el espectáculo "Desatar mi bata quisiera", el sentido homenaje a su querida tía Sara.
Sara Sastre fue una mujer de la cultura y de las letras. Ejerció como titular del Centro de Intelectuales de la Provincia y se caracterizó por su lucha por el lugar de las mujeres.
Fue poeta, escritora, de una particular presencia, un porte que no pasaba desapercibido en ningún lugar. Como la recuerda Chalo Agnelli cuando caminaba por Rivadavia en Quilmes despertaba todo tipo de comentarios. Con una altura importante, siempre maquillada y vestida para la ocasión, arrancaba suspiros y admiraciones.
Silvina Sastre quiso refugiarse en la imagen de su querida tía para pintarla de cuerpo entero en este espectáculo, que lleva el título de un poema incluido en el libro Sinfonía otoñal.
La historia comienza con Nelly, una mujer que dedicó su vida al diseño de pelucas, en su taller domiciliario. Envuelta en ese clima de cabelleras -los raros rulos- aparece acompañada por su alter ego, interpretado magistralmente por Sonia Silva Rey, quien interpela, ríe, exclama, contempla, critica, mientras Nelly la emprende con esas pelucas.
En algún momento le explica al espectador lo que significa realizar una peluca, que no es una cuestión menor sino que lleva su tiempo.
Entre esas pelucas que rodean a Nelly llama la atención una rojiza. Nelly cuenta algo de su infancia, reniega de las notas porque siente que le quitan espacio, por eso se resiste a atender el teléfono para una entrevista en la radio.
Habla de su madre, de su hermano, de un novio que tuvo a los 27 que tenía pasión por el diccionario. Y eso la lleva a jugar con las palabras, algunas que le producen resistencia o curiosidad, como palurdo, que trata de descifrar o se detienen en la amplitud de ampulosidad. Mas tarde va a lamentar por un lado y a disfrutar por el otro que a los 50 ese novio se convierta en trans, con una sonrisa maravillosa.
Se siente como una artesana y lo dice con todas las letras ARTE SANA.
Pero esa peluca rojiza que tanto la atrae en un determinado momento llega a la cabeza de Nelly. Y de pronto, seproduce la magia, porque pasa a ser literalmente Sara Sastre. Allí la actriz se transforma y es Sara Sastre hecha y derecha. Con esa manera de moverse, plantarse, como invitaría el coiffeur quilmeño Giordano: a mover las cabezas.
A partir de aquí la propuesta toma calor y color. Llega la reflexión, la defensa de las ideas, la importancia de la mujer en un mundo machista.
La historia va tomando su camino y Sara habla de la vida y de la muerte, de la soledad, con el dolor a flor de piel porque su hijo murió antes, rompiendo las leyes de la vida.
Sara estuvo en pareja con el sindicalista del gremio de la carne y hacedor del 17 de Octubre, dessde su lugar en Berisso, para lograr la libertad de Juan Perón, que estaba preso en Martín García, y aquella Plaza Mayo vitoreando al general que salía al balcón.
Silvina Sastre muestra todo su talento y logra con creces dar vida a Sara, para que el público quilmeño recuerde a est ciudadana ilustre... de Quilmes.
Cosas veredes Sancho, aunque dicen que no está en el Don Quijote. Pero con su espectáculo Silvina Sastre tuvo la posibilidad de competir a la misma hora con el discurso del presidente Javier Milei, y sin duda le ganó al corazón del espectador que se acercó al Municipal anoche.
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