Por Eduardo Menescaldi
Se cumplen hoy 49 años del golpe militar del 24 de marzo de 1976, que durante mas de siete años sumió al país en el horror, la tortura, la desaparición de personas.
Aquel golpe no lo vivieron aquellos que hoy orillan los 45 años, y que solo se pueden documentar con lo que pudieron recibir del mensaje de sus padres y/o abuelos.
El golpe no llegó de un repollo. El país vivió entre 1973 y 1976 una ola de sangre, horror, violencia inefable. No hay que olvidar que a dos días de la asunción del general Perón por tercera vez al frente del país, el 25 de setiembre de 1973 fue asesinado José Ignacio Rucci, secretario general de la CGT, por los Montoneros. Perón sostuvo que le habían matado a un hijo y a partir de ahí se desató una paleta de venganza de todos los colores.
Apareció la organización de violencia de Estado, conocida como la triple A, encabezada por el ministro de Bienestar Social, el polémico José López Rega, que sumó en su haber una enorme cantidad de secuestros y crimenes por doquier.
Todo ese clima de violencia se agravó con la muerte de Perón el 1 de julio de 1975, que obligó a asumir la presidencia a la esposa del general, Isabel Martínez, con un gobierno vulnerable y débil por donde se lo mire, con la enorme mochila de la violencia.
Llegó un decreto en tiempos de democracia que hablaba de aniquilar la subversión, que sumó mayor cuota de violencia y de sangre.
Todo estalló aquel 24 de marzo con el golpe cívico militar, liderado por el general Jorge Rafael Videla, junto al almirante Eduardo Emilio Massera y el brigadier Orlando Agosti.
De ahí en mas se vivieron años de horror, con el terrorismo de Estado a pleno, con secuestros, torturas, desapariciones.
La guerra de Malvinas de 1982, que terminó con la victoria inglesa, aceleró los tiempos de retorno de la democracia, que se concretó el 10 de diciembre de 1983 con la asunción del presidente radical, RaúL Ricardo Alfonsín.
De ahí en mas la democracia, con sus pro y sus contra, sigue firme, transitando este año sus 42 años de existencia.
Hubo gobiernos radical, peronista, kirchnerista, macrista y desde el 10 de diciembre de 2023 se vive la era Javier Milei, un presidente outsider, disruptivo, que llegó al poder desde el panelismo (recordar sus participaciones en el programa Intratables).
Para recordar el 24 de marzo de hace 49 años hay convocada una marcha multitudinaria a Plaza de Mayo esta tarde. Los organismos de derechos humanos dirán su verdad, recordarán aquellos trágicos episodios, y por supuesto las madres y abuelas de Plaza de Mayo volverán a mostrar el rostro de sus hijos y nietos secuestrados y desaparecidos.
NUNCA MAS
Como episodio inédito en el mundo, el gobierno del presidente Alfonsín apenas asumió en 1983 dispuso el juicio a las juntas militares que gobernaron de facto durante esta feroz dictadura , y los principales responsables del genocidio fueron juzgados y condenados. Mas allá de que el peronismo había llegado a las elecciones con la idea de la amnistía a los militares. Y años después, con el presidente Carlos Menem, el peronismo abogó por el indulto a los militares y guerrilleros (entre ellos el hoy vecino de Barcelona, Mario Firmenich).
Alfonsín creó la Conadep (Comisión Nacional de Desaparición de Personas) , presidida por el escritor Ernesto Sábato, que se encargó de recoger testimonios de las víctimas de la dictadura. Todo quedó volcado en el libro NUNCA MAS, donde se detalla con lujo de detalles esos relatos que hielan la sangre.
El país NUNCA MAS puede vivir esta historia terrible, que también tuvo su experiencia en el cine con filmes como La historia oficial, Argentina 1985, entre otros.
Hoy el gobierno nacional difundió un video sobre el 24 de marzo y le dio un tono sesgado porque se pone el acento no solo en los crímenes de la dictadura sino también los de la guerrilla, que nunca tuvo autocrítica y que cometió crímenes en tiempos de democracia. Vale recordar la masacre de Pasco el 21 de marzo de 1975, con el asesinato de ocho militantes de la juventud peronista de Lomas de Zamora o el ataque al regimiento de Monte Chingolo, en Lanús, con el intento de copamiento del ERP, con la muerte de militares, soldados y guerrilleros. Ambos episodios, entre muchos mas, ocurridos con un gobierno constitucional.
Así las cosas a la hora de recordar el 24 de marzo debe contarse toda la verdad. Repudiar totalmente la acción de los militares desde aquel trágico 1976 en adelante, pero también hacerlo con la acción de los movimientos subversivos, fundamentalmente en democracia.
Las heridas tienen que cicatrizar. No se puede vivir eternamente con el rencor por la violencia que padeció el país en esos tiempos. Pero tampoco se puede contar la historia desde una sola vereda, sino desde la verdadera, para que nadie se arrogue derechos que no corresponden.
Hoy debe haber memoria, verdad y justicia, valores que no pueden resignarse nunca.
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