Dos distritos del Conurbano están viviendo el shock de la inseguridad. En ambos se están realizando marchas para protestar por un flagelo que acecha a estos lugares y a otros del Conurbano en los últimos tiempos.
En Moreno hubo cuatro muertos en los últimos días, entre ellos el repartidor Lucas Aguilar, quien fue apuñalado.
En Florencio Varela aparecieron asesinados dos jóvenes -Paloma y Josué- asesinados en un descampado, en principio con una piedra contra sus cabezas.
Así las cosas, por vía indirecta el reclamo es dirigido al gobernador bonaerense, Axel Kicillof y a los intendentes de esos distritos, que hacen poco y nada para combatir este flagelo.
Los vecinos están hartos de que desde las autoridades responsables no los protejan, porque cada vez que salen no saben si podrán volver a sus casas por la posibilidad de asalto, robo e incluso la muerte.
Ojalá que de alguna vez por todas se tomen las medidas necesarias para que la inseguridad no siga siendo la gran preocupación de los bonaerenses.
El Congreso podría dar un paso importante si sanciona las leyes de reiterancia y de antimafia.
Y no puede ser que el Conurbano, que en los últimos cuarenta años estuvo gobernador en su gran mayoría por el justicialismo en general y el kirchnerismo en particular, se haya convertido en tierra de nadie.
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