EL AFFAIRE DE LA CRIPTOMONEDA, UN DESAFIO PARA JAVIER MILEI


 Por Eduardo Menescaldi

Lo que podría llamarse el affaire de la criptomoneda -recomendada por twitt por Javier Milei y luego rechazada cuando estalló el escándalo- sacude las páginas de todos los medios en estas horas.

En criollo se podría decir que el presidente tuvo una "metida de pata" porque arrastró con su recomendación a muchos y después retrocedió en chancleta, y todo ese tema se ha transformado en una cuestión de Estado.

De un laberinto se sale de la mejor forma asumiendo la responsabilidad, máxime tratándose del primer magistrado. Sería un grave error buscar atajos para resolver las cosas, porque se le estaría dando maíz al gallinero K, que ya salió a "cacarear" como nunca, desde la propia jefa, Cristina Kirchner, quien lo acusó de haberse ido al pasto.

Resulta increíble que la doble condenada judicialmente, con dieciséis magistrados resolviendo en el mismo sentido, aproveche la volteada para convertirse en "paladín de la democracia" y usar el dedo acusador, cuando nunca se hizo cargo de sus responsabilidades, con ningún atisbo de autocrítica.

Junto a la jefa aparecen los "sospechosos de siempre", alineados en fila para pegarle al presidente Milei.

RECUERDOS DE CAFIERO

Dicen que el histórico líder justicialista Antonio Cafiero confesaba que los peronistas solían ser mejores cuando actuaban en la oposición. Devotos profundos del poder, cuando no lo tienen hacen todo lo posible o lo imposible para recuperarla.

Esto de las criptomonedas es una llave magnífica para abrir las puertas de las críticas al oficialismo, con ninguna cuota de autocrítica.

Con esta filosofía lograron en su momento la salida anticipada de Raúl Alfonsín, con la llegada de Carlos Menem y en el 2001, la retirada en helicóptero del presidente Raúl De la Rúa, los días de los muchos presidentes y el desenlace con el arribo de Eduardo Duhalde. Años después intentaron hacerlo con el presidente Mauricio Macri, no lo lograron a pesar de sus bombardeos y el creador del PRO fue el primer presidente no peronista en terminar su mandato.

Hoy no se viven instancias que se puedan parangonar con las citadas pero la situación es caldo de cultivo para que aparezcan los Grabois, los Moreno, los piqueteros, los Pérsico, los Belliboni, los Taihade, los Moreau, los Parrilli, Axel y Máximo, mas allá de su lucha interna, en fin, de todas las viudas del poder que quieren recuperarlo de cualquier forma.

Incluso aparecen los que pregonan la necesidad de promover juicio político al presidente por la situación, cuando Cristina y compañía suman una paleta variopinta de causales para haber promovido lo mismo durante su gobierno. ¿Cómo explica Cristina, por ejemplo, la pléyade de funcionarios de su gobierno condenados, procesados, etcétera, incluida en primer lugar ella misma?

Los "chocolates" Rigau de la política ahora inflan el pecho y pretenden acusar a Milei por esta auténtica "metida de pata", que tendrá que se resuelta por los canales correspondientes. Por ahora ha pedido el presidente que se lo investigue como corresponde para saber si cometió o no delito.

En las vísperas de las sesiones extraordinarias en el Senado este hecho ha sacudo la vida institucional y sin duda sobrevolará el tratamiento de la suspensión de las PASO, la reiterancia, el juicio en ausencia, la elección de los jueces Lijo y García Mansilla para la Suprema Corte, la Ficha Limpia, etcétera.

Los medios K se relamen ante los hechos. Pero bien valdría recordar palabras de la diputada nacional de la Coalición Cívica, la quilmeña Mónica Frade, en el recinto cuando se trató la Ficha Limpia: "Aquí se revolearon chorros de uno y otro lado...". Toda una gran definición de la quilmeña: al que le toque el sayo que se lo ponga.

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