Por Eduardo Menescaldi
Mientras el periodismo argentino despide a una de sus máximas figuras del universo profesional -Jorge Lanata cambió el sentido del oficio y le dio un vuelo enorme-, el calendario cuenta las últimas horas del año, porque está a un paso la llegada del 2025.
Se trata de una año electoral, con todos los condimentos que esa situación genera en la política nacional, con todos los amantes del poder dispuestos a poner todas las fichas para mejorar su posición.
El oficialismo quiere construir poder, porque llegó a ese lugar casi inesperadamente y eso significó una posición vulnerable, con escasa representación legislativa y con la necesidad casi imperiosa de armar alianzas, convencer a otros sectores y buscar los caminos para mejorar en forma ostensible su participación en el Congreso.
En ese sentido el gobierno de Javier Milei, que avanza en forma brutal con todas las promesas de campaña -déficit fiscal, no emisión, reducción de la brecha del dolar, apuestas a la salida del cepo, reducción de la inflación, ajuste con la motosierra y la licuadora, entre otros temas- necesita como agua en el desierto contar con apoyos para mejorar su situación política.
Por eso no deben extrañar los coqueteos con un sector del radicalismo, la voluntad de lograr el pase de representantes del PRO para sus filas, y la búsqueda de consensos para asegurar las cosas hacia un camino que sirva para reforzar las pretensiones.
Desde la oposición, que ha sufrido las consecuencias de la dispersión y de las luchas internas, se trata de recuperar las fuerzas y complicarle la vida a las huestes de la Libertad Avanza. Por ahora, desde LLA se ha esquivado la posibilidad de llamar a sesiones extraordinarias, aunque eso podría ocurrir en febrero para tratar temas puntuales, como podria ser la suspensión de las PASO, la ficha limpia,los nuevos jueces de la Corte, entre otros.
En los mensajes de fin de año Cristina Kirchner, que sabe que el 2025 será complicado por la suma de causas judiciales que la tienen como protagonista, ha pedido que se cambie el rumbo actual. Con esa expresión tan propia de los árabes -ojalá- ha señalado ese deseo. Y en ese sentido vale apoyarla con el propósito de terminar con la corrupción, la impunidad, el cinismo, la hipocresía que acompañó al kirchnerismo en sus años de gobierno, traducidos en las causas judiciales mencionadas, que afectan a CFK y a muchos de los funcionarios que la acompañaron. Ojalá, entonces, que estos males que ensuciaron al kirchnerismo cambien el rumbo.
La palabra que mas repiten los argentinos, como para sostener al gobierno que tomó medidas que en otros tiempos hubiesen generado un diciembre problemáico, es esperanza. Sin duda, hay que tener esperanza en los tiempos que vienen. La Argentina necesita recuperar la industria, sostener una economía positiva e incrementar la torta para que haya mas que repartir. Que se terminen las prebendas, que gobierno el sentido común para que el país ingrese de una vez por todas a la senda de la prosperidad, que todos los argentinos nos merecemos.
FELIZ AÑO NUEVO PARA LOS ARGENTINOS!!!
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