De pronto Cristina Kirchner, doblemente condenada por corrupción, se convierte en la principal defensora de la moral. Le preguntó al presidente Javier Milei si el oficialismo permitirá que el senador Edgardo Kueider, arrestado en Paraguay en una "cárcel" de lujo por llevar 200 mil dólares sin declarar, siga ocupando ese cargo. Y no solo eso, arguye que lo harán porque tienen miedo que hable.
¿Qué podría decir Kueider que se pasó del kirchnerismo al oficialismo hace dos meses?
Su historia está ligada siempre al justicialismo de Entre Ríos y se movió en el lodo de gobernadores sospechados como Bordet y el propio Sergio Urribarri, un emblema de la corrupción.
Ahora se están destapando ollas podridas que involucran a Kueider, porque el viaje al Paraguay no fue el primero sino uno de tantos de los últimos tiempos, siempre con su secretaria.
El gobierno aseguró que va a presentar un proyecto para incorporar a extraordinariue establezca que el caso Kueider no sea el único, sino que se aplique la misma medida de rigor a todos los legisladores flojos de papeles y con causas penales (ya se puntualizó los casos de los legisladores Tolosa Paz, Parrilli, Tahilade y Cafiero). En todo caso sería bueno que se aproveche este momento para meter de nuevo la ficha limpia y que ahora se saquen la careta los que están en contra de los principios de esta iniciativa.
"Nosotros no bancamos a los corruptos. Si quieren echar a Kueider, que lo hagan pero que se aplique lo mismo a todos los corruptos" dicen desde el gobierno.
Si se aplicara la intención del gobierno hay muchos senadores y diputados que tendrían que dar explicaciones y que correrían la misma suerte que Kueider, que seguramente será expulsado del cuerpo, por mas licencia que pida. En todo caso CFK acelera los tiempos porque si se va Kueider ingresa al Senado la doctora Stefanía Cora, una auténtica representante de la Cámpora.
Cristina Kirchner, que hace preguntas al gobierno, debiera responder muchas otras como la causa de vialidad, los hoteles de Calafate, la fortuna de Máximo, la enorme cantidad de funcionarios de su gobierno procesados, imputados e incluso condenados, la tragedia de Once, el pacto con Irán, los bolsos de López, Lázaro Báez, etcétera, etcétera.
Como suele decirse en el barrio, la pregunta que tendría que responder es esta: ¿Y por casa como andamos?
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