La ex presidenta y ex vicepresidenta Cristina Kirchner inundó las redes sociales con críticas al presidente Javier Milei, al ex primer mandatario Mauricio Macri y al juez de la Corte Suprema, Horacio Rosatti.
Definió esas expresiones en dos palabra -mafia y delirio- porque no le gustó que Milei se jactara de comandar el gobierno mas importante del mundo, tampoco que Mauricio Macri dijera que banca el acuerdo con Milei pero con respeto por la transparencia de la República y asimismo, criticó al juez cortesano porque sostuvo que todas las causas al final las decide la Corte.
Resulta increíble que alguien con dos condenas por corrupción en sus espaldas, sancionada por una multitud de magistrados y que también tendrá que afrontar el año próximo otras causas como el pacto con Irán, la muerte del fiscal Alberto Nisman (la política de la Coalición Cívica, Lilita Carrió, dijo lisa y llanamente que elgobierno de CFK fue el que mató a Nisman), el tema de los cuadernos, lo relativo a los hoteles Hotesur y Los Sauces, etcétera, ahora se ponga en juzgadora de los citados representantes de los poderes de la Nación.
Ya que estamos en la época de la Navidad y del Año Nuevo, con el clima tan especial que eso significa, habría que pedirle a Cristina que alguna vez se ponga a hacer algo de autocrítica. ¿No se le cae una lágrima de verguenza cada vez que cobra su jubilación o su pensión varias veces millonaria? ¿Alguna vez dirá algo de sus funcionarios en gran cantidad condenados por la justicia?
Eso podría sintetizarse en la palabra Delirio y si se suma Mafia, solo basta con mencionar a todos los funcionarios K que fueron procesados y/o condenados por corrupción...
O sea, CFK podrá hablar de mafia y delirio, pero tendría que responder a esta pregunta: ¿Y por casa, cómo andamos?
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