LAS FRASES DE GUSTAVO ALFARO: UNA COSTUMBRE DEL CAZADOR DE UTOPIAS

 


Muchos periodistas se sorprenden cuando habla Gustavo Julio Alfaro, el técnico rafaelino, hoy a cargo de la selección del Paraguay, antes estuvo en Ecuador y Costa Rica. Pero también tuvo su primer tiempo espectacular en Quilmes, cuando ascendió al Cervecero el histórico 5 de julio de 2003, tras el empate con Argentinos Juniors.

En esos tiempos también sorprendía por su cultura, su pasión por la docencia y su recurrencia a escritores, filósofos, pensadores.

Después del empate en la altura de La Paz con Bolivia 2 a 2, Alfaro recitó una frase de Borges: "Triunfamos y fracasamos menos de lo que creemos".

En otros tiempos, con Quilmes, solía decir una frase atribuida al Che Guevara: "La única batalla que se pierde es la que se abandona".

En aquel tiempo Quilmes fatigaba la mitad de la tabla y parecía imposible el ascenso. Se recuerda un partido en el Centenario ante San Martín de San Juan, con victoria del visitante 3 a 0. Muchos querían la renuncia de Gustavo, y muy pocos lo defendieron, entre ellos el vicepresidente García y el diario El Sol, a través de una columna de quien esto escribe.

Hubo una conferencia en un conocido supermercado, con presencia de miembros de la hinchada, y allí aseguró Alfaro que se iba a revertir la situación y que se lograría el ascenso, como finalmente ocurrió. Ahí repitió la frase del Che.

Con Alfaro se hablaba de fútbol, pero también de filosofía, de música, de poesía, del gestaltismo, etcétera. Alguna vez paró a un dirigente Cervecero que lo había criticado por hablar con este periodista de política. "Con Menescaldi yo hablo de cualquier cosa", le dijo Alfaro a ese dirigente.

En fin, hoy puede sorprender Alfaro, pero quien lo trató y lo conoció bastante no puede sorprenderse.

Ah! Nació el día de fundación de Quilmes: el 14 de agosto de hace 62 años.

Lo apodan Lechuga, también cazador de utopías.

Comenzó como futbolista en Atlético Rafaela, pero una lesión lo marginó. Como técnico empezó en Rafaela, luego pasó por Quilmes, Belgrano, Olimpo, Arsenal, Rosario Central, Gimnasai La Plata, Al Ahlil, de Arabia Saudita; San Lorenzo; Huracán; Boca Juniors.

Y las selecciones de Ecuador, Costa Rica y ahora, Paraguay.

LECHUGA PARA EL CERVECERO

En el libro Páginas sueltas, De Quilmes, el Congreso y algo mas, allá por el 2009 había un capítulo con el título de "Lechuga para el Cervecero", con este término porque ese era el apodo de Gustavo Alfaro, es decir Lechuga. 

Decía que en las notas que le hacía y que se publicaban en las páginas del diario El Sol pude ir conociendo su joven personalidad, su talento, su vocación por el estudio y su predisposicion a dejar una frase adecuada para cada ocasion.

Agregaba que curiosamente el destino parecía haberlo ligado a Quilmes porque nació un 14 de agosto, justamente el mismo día de la ciudad. 

Alfaro había estado en una primera instancia y no se rubricó con el sueño del ascenso. Posteriormente, en su segunda oportunidad lo alcanzó. 

No fue fácil ese ascnso, hubo muchas cuesta para remontar, mucho obstáculo para superar, a los que pudo vencer con sus convicciones.

Una de sus frases predilectas era que "la única batalla que se pierde es la que se abandona".

Así recuerdo aquel partido en el Centenario con San Martín de San Juan y la derrota 3 a 0. Pareció quebrarse la relación entre el técnico, los jugadores, los dirigentes y los hinchs. "Las cuatro patas de la mesa tenían que estar unidas para buscar el logro del ascenso, de lo contrario, se sabía, era imposible alcanzar la gran meta.

Muchos pedian la cabeza de Alfaro, y quien escribe sostuvo que hacer el cambio iba a ser mas de lo mismo.

En la nota se recuerda el técnico dio una conferencia de prensa en el Hipermercado Auchan. Alfaro aseguraba que a fines de junio del año siguiente se iba a cumplir el sueño.

"Si se hubiera hecho caso a los cantos de sirena o a los muchos que insultaban al cuerpo técnico y a los jugadores, seguramente el ascenso no se hubiese concretado. 

Alfaro reconoció que fue el peor momento de todos. "Nos reunimos con Julio (por García el vicepresidente del QAC) y me preguntó si sacaba las cosas adelante. Le dije: seguro y obtuve un importante respaldo".

Todo coadyuvó para que finalmente el 5 de julio de 2003 en cancha de Ferro se coronara el ascenso.

En el libro señalo que "con Gustavo hablé muchísimas veces. Todas las charlas fueron ricas en contenido y merecedoras de un repaso. Pero prefiero quedarme con una, en ocasión de las elecciones en el país y coincidencia con un parate del fútbol por el tema de la violencai.

Distendido y sin los apremios de hablar de tal o cual partido, Gustavo se ocupó del país y de la cuestión candente, la violencia en los estadios. 

"El fútbol no es ajeno a la sociedad. No hay que olvidar que cuando uno abre la puerta de un estadio, ahí entra la sociedad, ahí entra la sociedad complet, en la que conviven gente buena, que es la mayoría, e decir, trabajadores, que van a gozar del partido, pero también, lamentablemente, delincuentes, drogadictos, gente que desdeña la cultura del trabajo. Para que esto cambie tendría que haber un giro notable de todas las acciones porque la situacion que se vive es la consecuencia de un montón de cosas. Aquí no se busca la solución, que no pasa por tomar medidas entre comillas ejemplificadoras y sancionar a los culpables de los desmanes".

En otra charla Gustavo habló de política y subrayó que "con el exceso de orden y la dictadura se cometen otras atrocidades. Yo soy un convencido de que ser pacientes y también se que, lamentablemente, el pueblo es responsable porque permitan que ejerzan el poder los incapaces, a los qeu habría que echarlos de la función pública. De todas maneras, me da la sensación de que ese pueblo ya empezó a dar muestras de madurez.

Era el año 2003, ya estaba el presidente Néstor Kirchner y decía Alfaro: "Está bien que el presidente Kirchner haga todo lo que está haciendo y que quiera cambiar el perfil, pero en toos los estamenteoiss debe hacerse de la misma manera. En el caso del fútbol, si hay una cuestión política, como podría ser buscar una intervención a la AFA, que es el único organismo que en todos los años se mnuvo igual -las intenciones escapan al análisis- entonces piesno que el método es tan malo como la solución".

OMAR PEROTTI

En aquel momento habló del entonces intendente de la ciudad de Rafaela, un jovenOmar Perotti,

"En Rafaela nunca había ganado el Justicialismo hasta que llegó Omar. Fue intendente durante ocho años, se retiró, el que lo siguió también era del partido, y ahora volvió a serlo".

Años después Perotti fue gobernador de Santa Fe.

Siguiendo con Alfaro. Así se expresaba sobre el país que quería para sus hijas, en ese momentos dos chicas pequeñas. "Quiero un país por supuesto distinto. Yo siento que el futuroya no es mío. Recuerdo que mi viejo siempre me hablaba del futuro y me decía que yo lo iba a ver. Ahora sé que no, que el futuro diferente será el de ellas. No quiero mas que se repita la aparición de esos vivos que nos roban la ilusión de un país mejor. Ese futuro mejor pasa por repetir aquello de la adolescencia, cuando paseábamos en bicicleta por Rafaela hasta la noche sin problemas. Y también pasa por que la gente que labura pueda tener acceso a un techo y a una vida digna. Nada de esto se podrá lograr si no hay voluntad política para solucionar los problemas".

En esa entrevista, Alfaro recordó palabras del doctor Eduardo Duhalde, quien decía que la Argentina era un país condenado al éxito. "Yo digo que no es así. La cultura del argentino pasa por el exitismo y no por el éxito, porque para éxito se necesita saber aprovechar las posibilidades que le brinda el país e invertir en ellas".

"Estoy descubriendo cada día, por ejemplo, las riqueas de lo folklórico, que pueden rescatarse desde los distintos paisajes musicales que tiene la Argentina. El país merece ser vivido de otra manera. La política no es una mala palabra, porque quienes la ejercen son hombres. Entonces, es cuestión de vivirla com servicio y no servirse de ella".

Gustavo Alfaro dejó su impronta en Quilmes. Su nombre quedó definitivamente marcado en el corazón de los hinchas, los que siempre creyeron en el, los que querían echarlo en medio de la tempestad y los que finalmente se convencieron de que en la vida siempre triunfan los que llegan a puerto por mas tormenta que deban enfrentar en el derrotero.

Gustavo Alfaro auténtico. No olvidemos que estas notas tienen una antiguedad de dos décadas, cuando el técnico logró el histórico ascenso Cervecero a primera división, con un equipo que en el torneo siguiente de la mayor categoría del fútbol argentino alcanzó una cifra alta de puntos, que permitió jugar la Copa Libertadores de América.


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