Gustavo Julio Alfaro, técnico de Paraguay, está haciendo historia al frente de la selección guaraní.
Viene de lograr con su equipo una gran victoria ante el sorprendente Venezuela. Remontó una derrota del primer tiempo y lo dio vuelta con una reacción maravillosa.
Dicen que las palabras del técnico en el entretiempo fueron fundamentales para la recuperación de Paraguay, que terminó ganando el partido y por ahora está entre los que clasifican para el mundial.
Muchos periodistas están conociendo ahora a Gustavo Alfaro, pero quienes lo pudimos disfrutar hace dos décadas en Quilmes conocemos demasiado el pensamiento y el sentimiento del hombre de Rafaela.
Recordemos que el lema de Gustavo Alfaro, cuando dirigió a Quilmes y lo llevó al ascenso en el 2003 decía aquello que la única batalla que se pierde es la que no se enfrenta.
Tomó a Quilmes, no le fue bien en los primeros partidos de ese torneo de la Primera Nacional. El Cervecero estaba en mitad de la tabla y parecía que el ascenso quedaba muy lejos. Sin embargo, tuvo convicciones, motivó al equipo, fue recuperando posiciones y terminó jugando la promoción con Argentinos Juniors. El primer partido en cancha de Quilmes, con la victoria quilmeña 1 a 0, con el gol de Agustín Alayes, el segundo encuentro fue en Caballito, cancha de Ferro, y terminó empatado 0 a 0, eyectando al decano del fútbol argentino a la primera división aquel histórico 5 de julio e 2003.
Con Alfaro no solo se hablaba de fútbol, también literatura, filosofía, sociología, condición humana y todos los temas que se pueden imaginar.
Como una ironía del destino cumple años el 14 de Agosto, o sea el día de la ciudad de Quilmes. En el decano del fútbol argentino dejó una impronta difícil de igualar, por eso siempre va a estar en el corazón del hincha quilmeño.
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