Cristina Fernández de Kirchner emitió un extenso comunicado en el que sostiene su decisión de ofrecerse a la posibilidad de ser presidenta del Partido Justicialista.
Agradeció las muestras de los compañeros que le reclamaron que acepte esa posibilidad y se mostró decidida a "enderezar lo que se torció" y a "ordenar lo que se desordenó".
Hace una referencia histórica del período democrático desde 1983 a nuestros días, y hace una división de períodos según los distintos gobiernos que se sucedieron.
Por supuesto, habla del período mas destacado, refiriéndose al comandó su marido y ella, y apunta la decadencia a lo ocurrido desde la asunción del presidente Mauricio Macri hasta la actualidad con Javier Milei.
Nada dice Cristina del desastre que dejó quien designó a dedo, Alberto Fernández, y se pregunta, con la inocencia de una advenediza, que tiene mucho de astucia política -y el no hacerse cargo de nada, y mucho menos hacer autocrítica- por qué los presidentes Macri y Milei llegaron al poder por ballotaje. En ese sentido pide que el Partido Justicialista logre la unidad para afrontar lo que viene.
Nada dice de lo que le tocará el 13 de noviembre cuando la Cámara de Casación debe ratificar el fallo por la causa Vialidad, por el que fue condenada a seis años. Todas las especies adelantan que será ratificado ese fallo, y entonces, la pregunta que tendría que responder CFK es qué hará sin fueros si se confirma su condena.
CFK lo sabe, no habla de su causa, y aglutina a su tropa para que la defienda de la acción de la justicia.
La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, ya lo adelantó días pasados cuando dijo que su jefa, CFK, es la mas indicada parea presidir el PJ.
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