Sin duda se trata de una de las canciones mas emblemáticas del litoral argentino, con sabor y olor a Río Paraná. Oraciónn del remanso, obra de Jorge Fandermole, escrita en 1998.
Allí se habla del paraje denominado Remanso Valerio, del Cristo de las redes, y vale la pena contar cómo llegó a inspirarse el autor para componer una letra maravillosa con música de auténtico chamamé.
Oración del remanso es considerada una de los himnos de nuestro cancionero.
Habla de un obrero pescador, orando al Cristo de las redes.
El Remanso Valerio es un paraje ubicado a mitad de camino entre Rosario y Granadero Baigorria, sobre el río Paraná.
Es un paraje de pescadores que avisora los buques cargueros que remontan el Parana hasta el puerto de San Lorenzo.
La vida del pueblo gira en torno al río y los peces como fuente de subsistencia de los obreros locales.
Según el relato popular, debido al crecimiento de la zona, con las obras en su entorno, tanto al norte como al sur de paraje, resulta afectado el ecosistema, y son muchas las familias afectadas.
Remanso Valerio era protagonista de varias tragedias. Con el tiempo, la condición fluvial hostil se fue aplacando.
Por esa razón encomendaron a un Cristo pescador, que los pobladores erigieron el 27 de mayo de 1995.
Ese signo de cristiandad inspiró a Jorge Fandermole, que veía durante sus viajes por la ruta 11, con ese Cristo pescador.
Muchos intérpertes tiene este tema, entre otros Mercedes Sosa, Soledad Pastorutti, Teresa Parodi, Silvia Pérez Cruz, Ine Maguire, El Kanka, Cabernet, Grupo 40 Graos, Ana Belén, Rita Pays, la trova rosarina. Los Lugareños (de Quilmes), Nahuel Pennisi, Liliana Herrero, Grupo Integración.
LA LETRA
El tema tiene esta hermosa letra.
Soy de la orilla brava del agua turbia y la correntada
que baja hermosa por su barrosa profundidad
soy un paisano serio soy gente del Remanso Valerio
que es donde el cielo remonta el vuelo en el Paraná.
Tengo el color del río y su misma voz en mi canto sigo
el agua mansa y su suave danza en el corazón
pero a veces oscura va turbulenta en la ciega hondura
y se hace brillo en este cuchillo de pescador.
Cristo de las redes
no nos abandones
y en los espineles
déjanos tus dones.
No pienses que nos perdiste, es que la pobreza nos pone tristes
la sangre se tensa y uno no piensa mas que en morir
agua del río viejo lleva pronto este canto lejos
que está aclarando y vamos pescando para vivir.
Llevo mi sombra alerta sobre la escama del agua abierta
y en el reposo vertiginoso del espinel
sueño que alzo la proa y subo a la luna en la canoa
y allí descanso, hecha un remanso mi propia piel.
Calma de mis dolores, ay Cristo de los pescadores
dile a mi amada que está apenada esperándome
que ando pensando ella mientras voy vadeando las estrellas
que el río está bravo y estoy cansado para volver.
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