NI CORRUPTO, NI ENSOBRADO, NI PREBENDARIO: PERIODISTA HASTA LA MUERTE

 Por Eduardo Menescaldi

Parece ser una costumbre inveterada de los que mandan, léase gobernantes, directivos, propietarios, en fin, gente con poder.

El periodismo se convierte en el enemigo, porque le cuenta a la gente la realidad, y al poder no le gusta que eso pase.

Cuando el presidente de la Nación, Javier Milei, se dirige a los periodistas y los llama ensobrados, corruptos, prebendarios, etcétera, ataca la propia debilidad de sentirse afectado por quienes tienen como oficio contarle a la gente lo que pasa con los que mandan.

Entonces, apela a estos duros calificativos, como ensobrados suponiendo que reciben dinero en sobres, corruptos, sosteniendo que se dejan llevar por el soborno o prebendarios, porque cobran pautas o son mercenarios para hacer campañas sucias.

Frente a ello la respuesta es contundente. Se puede recurrir a los maestros del periodismo nacional y/o mundial que han hecho de la verdad la única bandera, con respeto, los límites del sentido común, la transparencia y fundamentalmente, el culto de la verdad.

Decía Gabriel García Márquez que el periodismo es el oficio mas lindo del mundo, en todo caso es un ejemplo maravilloso de una labor vocacional (de vocare, dígase llamado).

Los gobernantes creen que si atacan al periodismo fortalecen su gestión, cuando en realidad la están poniendo en riesgo. 

Vox pópuli, vox dei. El pueblo sabe como nadie lo que pasa, no come vidrio.

El gobernante podrá predicar cualquier cosa, decir lo que se le ocurra de los periodistas, sin embargo el pueblo saber perfectamente si lo que cuenta el periodista es o no verdadero.

En todo caso, sabe separar la paja del trigo.

Alguna vez el general Perón, que supo secuestrar los medios para contar solo la verdad del poder desde el ángulo del que lo ejerce, reconoció que cuando tuvo los medios a favor perdió las elecciones y ocurrió lo contrario cuando los medios lo combatían.

Frente al discurso de anoche, demasiado duro contra los periodistas -una herramienta que también usaron otros gobiernos, no se puede olvidar los ataques del kirchnerismo contra los periodistas que contaban la verdad- habría que decirle humildemente al presidente que cuando hable de periodismo y de periodistas tenga en cuenta los valores que los profesionales predican.

Si la bandera que guía la labor es la transparencia, la verdad, la ética, los valores, etcétera, entonces no puede medir a todos con la misma vara.

Como decía un viejo dirigente, al que le quepa el sayo que se lo ponga.

Quienes no nos consideramos ensobrados, corruptos, prebendarios o lo que fuera al margen de la ética profesional, respondemos con la opinión de la gente que sabe valorar los principios que se persiguen.

Y como hace casi un siglo, al presidente habría que recordarle el consejo de Ortega y Gasset dirigido a los compatriotas: !ARGENTINOS, A LAS COSAS!

Porque muchas veces desviar la atención para atacar a los periodistas (también empresarios, sindicalistas, empresarios, etcétera) no es mas que una táctica para que no se ponga el acento en lo que verdaderamente importa: LAS COSAS, SEÑOR PRESIDENTE...

Parodiando a Carlos Guido Spano, el que abraza la profesión de periodista sabe que la va a ejercer hasta la muerte.

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