El fútbol argentino en especial son momentos. De pronto llega la racha adversa y el fútbol profesional, que Dante Panzeri definió como dinámica de lo impensado, y el clima y el entornos se transforma en una pesadilla.
Le pasó a Quilmes en su momento, porque comenzó este torneo de la primera Nacional con doce fechas sin perder y todo era agradable. Después llegó la llamada etapa oscura, con empates y derrotas sobre todo, que terminó por eyectar del cargo de técnico a Darío Franco.
Hubo un partido con el técnico alterno, Néstor Frediani, que está en inferiores, y el equipo ganó, para que luego llegue la era Sergio Rondina. Todo empezó de mil maravillas, con el 4 a 0 ante Chacarita en San Martín. En las siguientes fechas perdió con San Martín de Tucumán, uno de los punteros, empató con Arsenal en Sarandí, volvió a perder con otro puntero, como San Martín de San Juan -frente a los San Martín ambos partidos fueron en el Centenario, lo que de por sí afecta mucho mas porque se juega ante los hinchas- y empezaron a flotar los fantasmas de siempre.
El propio técnico Sergio Rondina fue gráfico al calificar la situación: "Nosotros nos metimos en este quilombo y tendremos que salir del mismo".
El partido siguiente era en Puerto Madryn ante Guillermo Brown. Tan lejos de Quilmes, en una ciudad que fue escenario de uno de los tantos ascensos del Cervecero, en 2012, el equipo de Rondina ganó 2 a 1 con el gol de penal de Lautaro Parisi y el restante, de un chico de las inferiores, Joaquín Postigo, con un tanto de excelente factura.
Se ganó y se alivió el escenario por un ratito nomás Dentro de una semana Quilmes recibirá a Agropecuario, que acaba de incorporar como técnico a Pablo Vicó, quien durante quince años dirigió a Brown de Adrogué y que hace cien días dejó al club tricolor porque entendía que había que dejar el lugar a otro para que cambie la suerte de Brown. Pasaron mas de tres meses de su salida y ayer Brown logró vencer a otro comprometido por el descenso como Atlético Rafaela.
En síntesis, tendrá que darse cuenta el hincha que el fútbol está rodeado de momentos, y en este tipo de torneos de largo alcance lograr el ascenso suena a hazaña. No olvidar que al final habrá dos que pelearán por el primer ascenso, y el otro ascenso será entre los que clasifiquen en cada zona entre los mejores ocho mas el perdedor de la final.
Hay que disfrutar de las victorias, aceptar los empates y entender que las derrotas solo tienen como motivación la posibilidad de recuperarse en la fecha siguiente. De lo contrario se seguirá viviendo el fútbol como un drama, que nada tiene que ver con otros dramas mucho mas importantes, como la desocupación, la indigencia, la pobreza, la corrupción, la hipocresía, la falta de honestidad, etcétera.
Quilmes festejó ayer en Madryn. Viajó en avión y volvió en micro con una sonrisa que supo capear lo que significa recorrer los mas de mil kilómetros en esa unidad. Hoy descanso y mañana, volver a empezar con la ilusión de volver a ganar en casa, para tranquilizar las aguas de los que no entienden que cada partido es un momento diferente por mas que sean los mismos futbolistas los que jueguen.
Ah! Quilmes sigue esperando que le habiliten las incorporaciones -Enzo Kalinski y Emanuel Herrera- y podrá contar con los suspendidos Leandro Allende y Federico Tévez.
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