No hubo declaraciones por parte de los futbolistas de Quilmes tras perder con uno de los líderes, San Martin de San Juan. Tampoco habló el cuerpo técnico encabezado por Sergio Rondina.
Una prueba elocuente del shock que dejó el partido, con un equipo sin ideas, falto de volumen de juego y de entrada con una formación que pretendió ser diferente y que por el contrario dejó al desnudo el momento que está viviendo el decano del fútbol argentino.
Para colmo -sobre llovido, mojado- todavía no llega la posibilidad de habilitar a los dos jugadores que entrenan pero que no juegan porque se espera la respuesta del TAS sobre el caso Yióvini.
Por ahora Enzo Kalinski y Emanuel Herrera están a la espera de poder ingresar al campo de juego, y habrá que ver si llega la habilitación en los próximos días para que puedan estar el domingo en Madryn o el lunes 19 cuando llegue al Centenario, Agropecuario, que ayer perdió 3 a 0 con Ferro.
El partido del domingo en la Patagonia tiene características de bisagra, porque ahora comienza a preocupar el hecho de seguir en el Reducido, donde Quilmes sigue entrando pero en último lugar. Lo acechan Alvarado -que en la próxima juega el clásico marplatense con Aldosivi, líder en la otra zona-, Deportivo Maipú que visitará a Tristán Suárez y Agropecuario que recibirá a San Miguel.
Este torneo de la primera Nacional, con 38 fechas de las que ya se jugaron 25, o sea faltan 13, léase 39 puntos, es un auténtico Moloch insaciable que en cada jornada devora nuevas víctimas. En esta le tocó el turno nada menos que a Iván Delfino, en Colón de Santa Fe, después de perder de local con Mitre de Santiago del Estero.
Las 38 fechas podrían reducirse al comentario de tres torneos en uno: dos de 13 fechas y una de 12. Y también podría definirse con un muy buen torneo sin derrotas, uno regular con triunfos, empates y derrotas y un tercero muy malo con mayor cantidad de caídas que empates o victorias.
Quilmes vivió el primer torneo con 12 fechas sin perder, en el siguiente la cosa cambió y los altibajos llevaron a la salida del técnico Darío Franco. Llegó Sergio Rondina, se renovó la ilusión y llegó la goleada 4 a 0 a Chacarita en San Martin, con los tres goles de Lautaro Parisi. Pero ese aire fresco se fue enrareciendo en lo que vino. Los San Martín, el de Tucumán y el de San Juan, justificaron su liderazgo ganando en el Centenario y hubo un empate sin goles en Sarandí con Arsenal.
El juego fue decayendo en forma notable, como se vio ante Arsenal y anoche se repitió la historia por mas que Rondina ensayó una estrategia diferentes, con cinco defensores desde el vamos. Sin embargo eso no se tradujo en el campo de juego e incluso recibió un gol de pelota parada, tras un córner. También se notó la incertidumbre de Matías Ferreira, cometiendo errores infantiles que pudieron costarle caro al equipo, a tal punto que el técnico lo sacó antes de comenzar el segundo tiempo y también recurrió a Lautaro Parisi para tratar de cambiar la historia.
Hubo una leve mejoría en el complemento pero no alcanzó para justificar un volumen de fútbol capaz de cambiar la historia. Con el correr de los minutos apareció el mundo Quilmes, la crítica, los silbidos, la reprobación y la sensación de que algo le pasa a estos jugadores, si se compara con el elenco de las primeras doce fechas.
Algo pasó, algo está pasando y se traduce mucho mas cuando se juega de local, porque siempre se ha dicho que los futbolistas se motivan cuando el marco es multitudinario como ocurre cada vez que Quilmes juega en el Centenario.
Estos días serán fundamentales para buscar soluciones y una mejoría que tendría que comenzar a aparecer en Madryn, porque de lo contrario el clima que se podría vivir el lunes 19 será como tantas veces en los últimos tiempos muy difícil de respirar.
Quilmes tiene siempre la obligación de pelear por el ascenso, ahora está muy lejos hacerlo desde el liderazgo y todo queda librado a estar en el grupo de los ocho. De todas maneras, con este nivel ya comienza a sentirse que el Reducido se complica y mucho mas, el plano inclinado acerca las cuentas al infierno tan temido como el de la permanencia, que por ahora no es preocupante, aunque si lo podría ser si sigue la cuesta abajo.
Tampoco debe olvidarse que Quilmes sufrió un descuento de tres puntos que al principio no afectaron. Habrá que seguir reclamando por la devolución porque esos tres puntos podrían llegar a ser vitales en el futuro para cumplir el objetivo de clasificar para el Reducido.
Hoy, futbolistas y cuerpo técnico, no tuvieron palabras para responder ante una realidad evidente... En todo caso tendrán que buscar en la Patagonia el aire necesario para respirar el fútbol que parecen haber olvidado...
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