Por Eduardo Menescaldi
Recorrer las páginas y los capítulos del libro La fotografía en Quilmes... de Ayer a hoy, de Jorge Calvo, es una hermosa apuesta a conocer con lujo de detalles y una profunda investigación la historia de la fotografía en el distrito.
El autor pasea al lector por los distintos aspectos de una materia que domina con mucha idoneidad.
Se presenta Jorge Calvo como fotógrafo, coleccionista e investigador de la antigua fotografía argentina. Miembro del Círculo de la Prensa de Quilmes, del Foto Club Quilmes y de la Sociedad Iberoamericana de Historia de la Fotografía. Con todo este aspecto curricular va desarrollando los distintos temas con mucha profundidad, aportando por supuesto las imágenes para acompañar los textos.
Todo comienza buceando en el origen de Quilmes, recordando la gesta de los indios Kilme, que huyeron del genocida conquistador y llegaron a estas tierras, estableciéndose en 1666 el primer poblado al sur del Riachuelo: la Reducción de la Santa Cruz de los Indios Kilmes.
Explica el autor que el clima, el desarraigo, las enfermedades y malos tratos hicieron que la población disminuyera rápidamente.
El 14 de agosto de 1812 el Triunvirato -integrado por Chiclana, Sarratea y Paso- dispuso el primer decreto del gobierno nacional, el fin de la Reducción y el trazado del pueblo de Quilmes. Así a fines del siglo XVIII Quilmes abarcaba los actuales partidos de Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, Almirante Brown, Florencio Varela y Berazategui.
El primero en lograr la autonomía municipal fue Barracas al Sud en 1852, actual Avellaneda. En 1861 se separó Lomas de Zamora, en 1873, Almirante Brown, en 1891, Florencio Varela y en 1960, Berazategui.
Agrega Jorge Calvo que en este contexto surge el invento de la fotografía en Francia.
A partir de aquí desarrolla la cronología de la fotografía, de Europa al Río de la Plata y el daguerrotipo en Buenos Aires. Mas adelante habla de los primeros fotógrafos y pone el acento en Quilmes según las postales. Menciona que en 1909 se localizó una fotografía escolar de la Escuela San Martín, fundada en 1893.
Entre los datos históricos que se publican en libro se registra un hallazgo periodístico. Porque se dice, con datos de archivo, que el diario El Sol, el matutino del gran Buenos Aires, fue fundado por el español José Antonio Blanco el 1 de noviembre de 1928 (no el mismo día del año anterior como festeja desde siempre el matutino).
ALCIBIADES RODRIGUEZ
Jorge Calvo cuenta en los años 30 se establece en forma definitivamente el fotógrafo Alcibíades Rodríguez, quien se destacó por su tarea fotográfica y mas aun, por la documentación fotográfica del pasado quilmeño.
Con distintas fotos se van documentando los hechos periodísticos que se van produciendo a lo largo de los años, con mucho detalle, producto de una gran investigación de archivos.
SANTIAGO DE LA FUENTE
Jorge Calvo dedica un espacio importante a Don Santiago de la Fuente, nacido en Barcelona, España en 1884, llegó al país a fines de 1912 junto a su madre Pastora Alegre.
De Capital Federal se trasladó a Quilmes y ahí comenzó su labor como reportero gráfico para convertirse a la larga que fue el primero en incursionar activamente en esta disciplina como reportero gráfico, logrando para la historia quilmeña gran cantidad de tomas fotográficas que documentaron la evolución de la ciudad.
DIARIO EL SOL
Jorge Calvo dedica un capítulo especial al diario El Sol, medio en que trabajó varios años. Así recuerda la cobertura del mundial 78 de fútbol en nuestro país y también el título de Quilmes campeón Metropolitano ese mismo año.
Otro capítulo se ocupa de otro de los grandes fotógrafos quilmeños, Alcibíades Rodriguez, considerado el mas grande exponente gráfico de la ciudad de Quilmes.
EL TRAJE DE BAÑO
Un espacio especial está dedicado a la evolución del traje de baño, con Quilmes como centro de atracción. Así menciona que esta evolución es básicamente una muestra fotográfica documental, originada en varias decenas de copias almacenadas por Carlos Scott, por ser la ribera quilmeña un centro turístico y para mostrar a las nuevas generaciones como se bañaban los abuelos. Y a partir de aquí Jorge Calvo realizó un trabajo de investigación muy depurado.
Otra página se ocupa del Fotoclub Quilmes, que desde 1946 está junto a la fotografía artística.
El autor habla a continuación de Santo Nicoletti, laboratorista, a quien presenta como un ejemplo de voluntad y capacidad.
El siguiente escalón repara e
n la Asociación de Fotógrafos Profesionales de Quilmes y Berazategui, también en el Centro Argentino Fotográfico, la Unidad Coronaria Móvil Quilmes con la inserción de la fotografía.
El Museo Histórico Fotográfico de Quilmes resulta presentado como en forma indiscutida como el primero en su tipo del país. Mas adelante, el monumento al fotógrafo, de Quilmes al mundo.
Jorge Calvo habla asimismo de las industrias Lanza y el ramo fotográfico local.
Otro capítulo de color se ocupa de la presencia de ballenas en las playas quilmeñas, la última el 16 de agosto de 2002, cuando los vecinos locales pudieron observar en esas playas, a 200 metros al sur de la rambla y a 100 de la costa, un bulto de cerca de 8 metros y que correspondía a un ballena muerta.
REPORTEROS GRAFICOS
En el capítulo dedicado a los reporteros gráficos recuerda distintos episodios vividos en el diario El Sol. Incluso acompaña una foto con motivo de la presencia del cómico Alberto Olmedo en el matutino. En la foto aparecen el dueño José María Ghisani, el jefe de redacción de ese momento, Pedro Navarro, los periodistas Fabián Clinaz, Lidia Scholz y Arlem Rovira.
Cuenta Jorge Calvo una anécdota en la que me nombra. "Estábamos en la redacción y llegó Menescaldi con el dato de que iban a ocupar y apropiarse de los monoblocks de Ducilo, en la calle 5 al fondo en Berazategui. Allí fuimos con el móvil del diario. Al llegar, la cosa no era un secreto. De un lado, los usurpadores, del otro, la policía, con perros, armas y caballería. En el medio, sobre un costado, el periodismo. Luego de infructuosas negociaciones, los intrusos acomodaron en primera línea a los niños y sus madres, y detrás, los hombres. Y así marcharon hasta que se escuchó la orden policial. Los disparos no eran al aire, mas bien al bulto y eso estaba todo documentado hasta que un robusto policía me ordenó retirarme. Otros hacían lo mismo con mis colegas situados en el lugar. Iluso de mi, levanté mi credencial. !Prensa, prensa! -Tomátelas fue la respuesta. ¿Y la libertad de prensa? esgrimí. El tirón de Menescaldi de mi cinturón, evitó que el bastón policial se estrellara en mi rostro. Corrimos, buscamos otra posición y seguimos sacando fotos".
Luego Jorge Calvo da una breve biografía de muchos aficionados y profesionales de la fotografía que pasaron por Quilmes.
El último capítulo del libro se centra en Santa Verónica, patrona de los fotógrafos. Y apunta a la realidad del Santo Sudario, Dice que en verdad se esgrimieron los mas peregrinos y absurdos argumentos para desprestigiar el lienzo, pero todos cayeron por tierra especialmente a raíz de los descubrimientos del fotógrafo y abogado Secondo Pía y del investigador en Botánica, profesor Max Frei, de Zurich.
Se recuerda que en 1898 y con motivo de las bodas del futuro rey Víctor Manuel III, se llevó a cabo la apertura u ostentación de la sabana santa. Un total de 800 mil peregrinos pudieron admirar la figura que aparece en el gran lienzo. Fue en aquella época en que el abogado y aficionado al casi recién nacido arte fotográfico, Secondo Pía tuvo la oportunidad de sacar varias placas de la sabana.
Ya en su laboratorio y dispuesto a revelar, Pía depositó las placas sensitivas 51x63 cm. en la solución de oxalato de hierro, lo primero que divisó en aquella placa que goteaba antes su ojos, fue la parte superior del altar y sobre el, el imponente marco que contenía la reliquia. Hio girar entonces la placa sobre uno de los ángulos y se puso a observar el rostro.
Aquella figura era el verdadero rostro de Cristo y Secondo Pía el primer hombre en contemplarlo después de 19 siglos. Entonces, y he aquí el primer hallazgo, la Sábana Santa es en realidad un negativo fotográfico a tamaño natural. En la placa fotográfica obtenida por Pía se había descubierto un retrato en positivo. Aquel, en verdad, era el auténtico rostro de Jesús y habían sido necesarios 1900 años para llegar a tan espléndida noticia.
El dictamen del doctor suizo Max Frei se basó en el estudio del polen contenido en el lienzo, básicamente de gránulos que se dieron en Palestina en el siglo I, es decir, en la época en que vivió Jesús.
"La presencia de polen perteneciente a no menos de seis especies de plantas palestinas, del de una de Turquía y de ocho especies mediterráneas, nos autoriza desde ahora, aun antes de completar la identificación de todos los microfósiles, a llegar a la siguiente conclusión definitiva: la sábana santa no puede ser una falsificación. Zurich, 8 de marzo de 1976".
No cabía la menor duda que aquel lienzo había servido para envolver el cuerpo de un hombre que vivió y murió en el siglo I de la era cristiana.
Sigue contando Jorge Calvo que en un informe de diciembre de 1980 se explica que científicos y técnicos de la NASA -después de tres años de estudios. aportaron datos suficientes como para deducir que Cristo resucitó.
Estos técnicos de la NASA un buen día se decidieron someter una fotografía, a tamaño natural, la sábana santa de Turín, el sofisticado VP-3 image analyser, un aparato de alta tecnología espacial, que fue utilizado en el análisis y la descomposición de las imágenes llegadas desde el planeta Marte a través del proyecto Vikingo.
La totalidad de la información fue sometida posteriormente a una computadora que reconstruyó la imagen de la sábana santa. La sorpresa fue grande, aquellas imágenes no eran normales, eran tridimensionales.
En otras palabras, esta nueva imagen del hombre de la sábana aparecía en relieve. Pero no era un hombre cualquiera -y tal como ha venido a demostrar la NASA últimamente- sino Cristo.
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