Por Eduardo Menescaldi
Mañana, cuando se acerquen las dos de la tarde, el caso de la desaparición del niño Loan, en el pueblo de Nueve de Julio, provincia de Corrientes, se habrán cumplido nada menos que cuarenta días desde el lamentable hecho.
Un culebrón, que si no se tratara de un niño, haría recordar aquellas telenovelas mexicanas que hizo populares la actriz Verónica Castro (la madre del cantante Cristian).
Hoy hay ocho detenidos, sospechosos, pero no hay ninguna certeza ni indicio que permita suponer que el caso pueda avanzar.
Idas y vueltas, dimes y diretes, todo el periodismo nacional está detrás de la búsqueda y el caso se ha convertido en una información en cadena.
Aquel 13 de junio, en un increíble almuerzo en ese pueblito de dos mil habitantes, comenzó a desarrollarse esta historia, con personajes sentados a la mesa, muchos de los cuales no se conocían.
Entre otros, además del nene Loan, de cinco años, estaban la abuela Catalina -con sus 86 años y sus expresiones propias que comenzaron imaginando que se lo habían llevado como una venganza o incluso habló de la leyenda del Pomberito- el papá del nene, José, la tía Laudelina, el matrimonio del marino Pérez y su mujer Victoria Caillava, funcionaria municipal, el marido de Laudelina, Benítez, un tal Ramírez, la hija de Laudelina, etcétera.
Con el tiempo se fueron agregando personajes, como el comisario Maciel, quien hacía cinco meses había sido destinado a Nueve de Julio, arrastrando una currícula con sabor a prontuario, con acusaciones de maltrato al personal policial, denuncias de abuso sexual y demás. Se supo que le pedía a la director de la escuela donde concurría Loan que le sacara fotos a los chicos.
Después apareció Méndez, informante del comisario, otro personaje que se las trae y que ya detenido fue a declarar y lo hizo, al igual que Maciel, durante horas.
El caso empezó como un niño perdido en el campo, argumento que permitió ganar tiempo al fiscal Castillo para involucrar solo a la justicia correntina. Pero luego sopló el viento de una sospecha que envuelve a la provincia, como la trata... Aquí, después de varios días lamentablemente perdidos, llegó la justicia federal para hacerse cargo de la causa, con la jueza Cristina Pozzer Penzo.
La jueza se vio en figurillas para hacer frente al caso. Por eso no debe extrañar que decrete el secreto de sumario, y una vez levantado, vuelva a apelar a este secreto, porque hubo nuevos datos que no ameritan la difusión.
Así las cosas, los días fueron pasando, y como dicen los pobladores, menos mal que el periodismo nacional no abandonó el lugar. "Mientras ustedes estén, nosotros estamos mas tranquilos porque si se van todo vuelve a la normalidad anterior".
No olvidar que en un determinado momento, como en todo culebrón, el protagonismo se lo llevó la enigmática Laudelina -el nombre que podría tener el culebrón-, tía de Loan, hermana de José, quien de pronto fue llevada a la ciudad de Goya para declarar en la madrugada, junto a otro personaje como el abogado Codazzi y un senador provincial, Pellegrini, que quiso hacer buena letra con el gobernador Valdez.
Después de esta declaración a espaldas de la norma judicial, el gobernador suelto de cuerpo emitió un mensaje en el que adelantaba que se había resuelto el caso. Días después se llamó a silencio porque se dio cuenta de que había metido la pata, y habló de los "caranchos" que se aprovechan de la situación para meter la política en el medio.
Un naranjal sin naranjas fue la excusa para justificar la desaparición del niño, quien dicho sea de paso le pidió al padre ir a la casa de la abuela, lugar que no conocía y fue con José a caballo hasta ese almuerzo, para tener un destino que a casi cuarenta días de su inicio todavía es un misterio.
Con este menú tan especial, fueron apareciendo los abogados mediáticos. Desde quien parece estar del lado de los buenos, Fernando Burlando, quien muestra su enojo por el accionar de la justicia correntina y pide que intervenga Comodoro Py hasta el doctor Miguel Angel Pierri, el mismo que defendió en su momento a Mangeri, el asesino de Angeles Rawson (quedó paranla historia aquella imagen del pequeño hijo de Pierri diciéndole al padre con toda su inocencia que Maugeri había sido el asesino de Angeles).
Burlando es el abogado de la familia de Loan, Pierri, por su parte, defiende al comisario Walter Maciel, sospechado de haber embarrado la cancha con sus actitudes después de la desaparición de Loan. Incluso no hay que olvidar que enviaba convocatorias a los vecinos que participaban de las marchas, con la amenaza de detenerlos.
Aquí cabe destacar la acción del pueblo de Nuevo de Julio. Poco a poco se fue animando a marchar, a pesar de que sufrían presiones para no hacerlo. Eso repercutió en otras localidades de la provincia, como Goya y la propia capital, asimismo se llegó a armar una movida en Buenos Aires, en la zona del Obelisco.
El caso sigue sin resolverse y como dicen algunos periodistas, difícilmente se pueda dilucidar cuando está en juego la justicia, el poder, los intereses.
Por último, una pregunta que valdría la pena hacer: Corrientes está movilizada por este caso, el país lo sigue de cerca... pero ¿qué hubiera pasado si en lugar de ser la tierra del sargento Cabral el escenario de los hechos, el caso estuviera en la provincia de Formosa, en el feudo del inoxidable Gildo Insfrán? ¿Hubiese permitido que el periodismo nacional se metiera hasta el hueso...?
No olvidar que Mauro Ledesma, en el tiempo del encierro por la pandemia, quiso ver a su hija recién nacida y no se le permitió ingresar a la provincia. Hizo todos los intentos por obtener el permiso sin éxito. Entonces, se mandó por el río Bermejo, y terminó muriendo en la cruzada...
Mañana se cumplirán cuarenta días sin Loan y los medios seguirán sumando testimonios, con el deseo irrefrenable de que aparezca sano y salvo...
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