Desde el club Quilmes Oeste se anunció que el próximo lunes 8 de abril a las 18, en la sede de Avenida Vicente López 235, habrá una charla del boxeador y ex campeón mundial, el quilmeño Sergio Maravilla Martínez, quien estará hablando ante alumnos y seguidores sobre temas que hacen a su histórica actividad deportiva.
Aquí vale la pena recordar el capítulo que en su momento se ha escrito en el libro "Páginas Sueltas, Quilmes, el Congreso y algo mas", allá lejos y hace tiempo en el 2009.
En ese tiempo contaba la historia de Maravilla.
"La historia de Sergio Martínez es sencilla y atrapante. Alguna vez tuvo que elegir entre el fútbol y el boxeo, y terminó decidiéndose por el duro deporte de los puños (en fútbol se probó en Los Andes y dicen que jugaba bien).
Quilmeño de pura cepa, lo conocí cuando comenzaba a incursionar en el mundo "de las narices chatas", con los hermanos Paniagua como entrenadores (en realidad sus tíos porque su mamá es hermana de quienes lo dirigían en ese momento).
Sergio se destacó desde un principio por sus condiciones, de ahí el apodo de Maravilla con que fue distinguido. Fue creciendo en el pais e incluso llegó a tener una chance por el título mundial, perdiendo ante el mexicano Antonio Margarito. Mas tarde reconoció que se había apresurado esa pelea, y con mucha hidalguía aceptó la derrota, aunque no bajó los brazos porque imaginó que alguna v ez tendría la revancha u otra chance por el título mundial.
En Argentino de Quilmes, con la conducción de Coco Andrada, le ganó a Sergio Daneff y se coronó campeón latino welter. Era el tiempo en que el Mate ostentaba con orgullo el gimnasio con el ex campeón mundial Juan Martín Látigo Coggi, y esa pelea se anunció con bombos y platillos.
Sergio ganó pero su realidad era bastante distinta de la que se podía imqginar de un campeón.
Alguna vez recordó que era campeón en ese año 2000 y no tenía un peso, aunque figuraba quinto en el ránking de la Organización Mundial de Boxeo.
"Mi entrenador, Andrada, me daba diez pesos por día para que fuera a entrenar a la Federación" comentó.
En febrero de 2002 decidió "saltar el océano" y se fue a España a probar fortuna.
Tuvo que "pagar el derecho de piso" porque estaba en Europa y no sabía que hacer. Hasta que encontró un papel en el que figuraba un número telefónico, el de Pablo Sarmiento, un boxeador que también había viajado a España tiempo atrás.
Sarmiento le dio una mano y lo invitó a entrenar en el gimnasio donde el lo hacia, en Atocha (una estación de trenes que tiempo después fue tristemente célebre por un atentado terrorista que dejó muchas víctimas),
En Atocha se inició la nueva etapa de Sergio. Para reunir unos pesos consiguió un trabajo como personal de seguridad en un bar. Fue creciendo en el mundo del boxeo y llegó a campeón mundial mediano junior, por lo Organización Internacional de Boxeo.
En Manchestar, Inglaterra, le quitó el título al británico Richard Williams y siguió realizando defensas exitosas.
La ficha dice que Sergio nació en Quilmes en febrero de 1975, sumando sueños igual que cualquier argentino medio. En el país logró todo lo que se propuso pero llegó un momento en el que debió decidir y acertó, mas allá de la incertidumbre de los comienzos europeos.
Hoy vive en Madrid, tiene el trabajo mencionado y además enseña boxeo. Pero suele decir que siempre extraña a aus amigos, por supuesto no olvida a Qulimes y cada vez que pelea lleva el distintivo del Cervecero, el club de sus amores".
Vale destacar que el lunes Sergio estará en el Quilmes Oeste junto a su ex entrenador Carlos Paniagua.
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