Por Eduardo Menescaldi
Quien hoy a eso de las 16 se acerque al Polideportivo Reinaldo Gorno, en el boulevard Indio Gómez y Lafinur se sorprenderá, o no tanto, por la irrupción de unos 7000 fans de Cristina Kirchner, para escuchar a su líder, ante la mirada de la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, quien está muy contenta porque su jefa haya decidido acercarse a la ciudad para participar del homenaje al ex presidente Néstor Kirchner, con la entronización de aquella estatua que fue sacada en su momento del Centro Cultural Kirchner por decisión del gobierno nacional.
Cristina rompe un largo silencio y por el anticipo que se ha hecho hoy centrará su discurso en el ataque al presidente Javier Milei, olvidándose por completo que la llegada de este fenómeno, outsider, ex panelista de Tv, etcétera, fue la resultante de la pésima administración de ella, su "elegido" Alberto Fernández y su ministro de Economía, que para ganar la presidencia no escatimó recursos, emisión desenfrenada, plan platita, apoyo de la CGT y de la política oficial... y terminó perdiendo ante un hombre que era un perfecto desconocido en el ámbito de la política.
Milei logró en algo mas de cuatro meses romper la historia política argentina, que en los últimos veinte años tuvo diceséis de kirchnerismo, con el agravante de los últimos cuatro, que terminaron con estos crudos números: 3,5 millones de nuevos pobres, mas del 1000 por ciento de inflación y un dólar que de 60 pesos saltó a 1000.
Con estos números parece increíble que CFK, en lugar de hacer autocrítica, por aquel principio del fútbol de que no hay mejor defensa que un buen ataque, decida hoy basar su perorata en que Milei propone un "sacrificio inútil", como si hubieran sido útiles los años K, con hipocresía, impunidad, corrupción y demás defectos de un gobierno que, vale repetirlo, determinó que gane precisamente el libertario.
Milei está cumpliendo a rajatabla lo que prometió, con un ajuste brutal, con un sacrificio que entiende que será útil para el futuro y que por ahora encuentra eco positivo en buena parte de la población, que reconoce el sufrimiento pero que no se deja llevar por los vientos K, que apuntan a afiliarse al club del helicóptero.
CFK habla esta tarde ante los fanáticos, lo hace en Quilmes porque aquí está su seguidora fundamental, Mayra, a quien ya se le adjudica la posibilidad de ser candidata a gobernadora, vicegobernadora o en su defecto vicepresidenta. Entonces, los 7000 espectadores K del hermoso estadio Néstor Kichner tendrán la posibilidad de disfrutar de su ídola, como si se tratara de una estrella rockera (como ocurrió anoche en Vélez con la artista Karol G).
Milei tiene en su haber algunos tics kirchneristas, como busca siempre un enemigo en el que desatar sus dardos, aunque a veces reflexiona y recula, como ocurrió con el tema de la enorme manifestación universitaria o borrar algunos artículos de la ley bases, sobre todo en lo que respecta al tema sindical. A veces, dice Milei, vale la pena consensuar en lugar de confrontar.
Se vienen días especiales en este cierre de abril porque el lunes comienza el tratamiento de la nueva ley de Bases en Diputados y el pacto fiscal, que deteminarán muchísimas horas de sesión maratónica. El objetivo es lograr la sanción del paquete el martes, vísperas del dia del trabajador, cuando se anticipa una movilización de la CGT (paso previo al paro previsto para el 9 de mayo, aunque habrá que ver qué pasa con los acuerdos entre el gobierno y la central obrera).
En síntesis, tarde de CFK en Quilmes. Algún medio dijo anoche que hoy Quilmes es reino de CFK, una definición bastante ampulosa porque no se puede pensar que los 7000 que hoy irán al polideportivo representan a los 700 mil habitantes de la ciudad. La concejal de la Libertad Avanza, Estefanía Albacetti, dijo públicamente que CFK no la representa y muchos quilmeños seguramente piensan lo mismo. O sea el acto de esta tarde no es mas ni menos que una expresión sesgada de política partidaria, una especie de sesión particular del Instituto Patria, que tendrá a su jefa al frente. En Quilmes, para que la política, los políticos, los periodistas puedan hablar durante muchas horas y llenar los programas mediáticos con los comentarios respectivos.
En última instancia, parodiando al presidente Carlos Menem, se podría decir Milei lo hizo.
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