Mas allá de la derrota, que siempre duele por cierto, el partido de ayer en cancha de Temperley demostró que Quilmes siempre muestra la pasión del hincha por la casaca Cervecera.
Las estimaciones señalaron que cerca de diez mil simpatizantes acompañaron al equipo de Dario Franco en esta instancia de la Copa Argentina. No pudo ser, la decisión del técnico de recurrir a habituales suplentes en su gran mayoría terminó por ser un bumeran, porque en el segundo tiempo se apeló a titulares para cambiar la historia. Algo se logró pero el travesaño le dijo no al remate de Marcos Enrique y Central Córdoba de Santiago del Estero se quedó con el pase a la próxima instancia, en la que se medirá con Estudiantes de La Plata.
Quedó flotando en el ambiente la deuda de siempre, con esto de que los visitantes no pueden concurrir a los estadios, salvo en este caso un partido de Copa Argentino con hinchas de ambos rivales.
Quilmes seguirá peleando como siempre por el sueño del ascenso, en un torneo como la Primera Nacional que cada vez es mas duro, difícil, intenso... Y solo dos ascienden de los 38 participantes.
Hoy Quilmes lidera su zona, junto a San Martín de Tucumán, y arrastra la sanción, que suena injusta, del descuento de tres puntos. Pero el objetivo está en funcionamiento y habrá que seguir alentando la posibilidad de llegar a la instancia decisiva, cuando en realidad falta una eternidad para completar el torneo, en este caso restan 29 partidos.
El domingo el rival será All Boys en el Centenario, y el equipo de Darío Franco tendrá que borrar rápidamente el golpe de ayer para seguir transitando el carril que lleva a pelear el ascenso.
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