EL ATAQUE AL PERIODISMO INDICA LA VULNERABILIDAD DEL PRESIDENTE

Por Eduardo Menescaldi

 Increíble pero real. El presidente de la Nación, y seguramente su séquito que se manifiesta en las redes sociales, tienen una especial aversión con el periodismo profesional.

Javier Milei, que venía para terminar con la casta y con los males de la política, ha ingresado, lamentablemente, en un terreno turbio, que podría convertirse en un bumeran.

Ahora se supo que Javier Milei atacó al periodista Jorge Lanata, para acusarlo de hacer periodismo con información falsa. Se refería concretamente a la presencia del embajador de Israel en la Casa Rosada en la reunión de anoche. Y terminó por acusar a Lanata de ser larretista y de recibir algún sobre, un pecado que parece ser una constante del presidente, ya que no es el primer periodista al que acusa en ese sentido.

Lanata se mostró contrariado por esta definición de Milei , negó ser larretista y mucho menos, de recibir algún sobre. Así, anunció en Radio Mitre que consultará con su abogado y le hará demanda por calumnias e injurias al primer magistrado. En ese sentido, se suma a otra decisión que tomó el propietario del medio Perfil, Jorge Fontevecchia.

Quien escribe está respaldado por mas de medio siglo en el ejercicio de la profesión de periodista en forma humilde por cierto le aconseja a Javier Milei que tenga en cuenta que está poniendo en sospecha esta hermosa labor que se realiza, siempre siguiendo adelante con la vocación (léase llamado) y haciendo un culto del ejercicio de la verdad.

Pelearse con un periodista podría ser un pecado mortal del presidente, que tendría que recordar aquella máxima del general Perón: cuando teníamos los medios a favor, perdimos las elecciones, recién ganamos cuando los teníamos en contra. Ojalá que pueda darse cuenta de su error al ensañarse con los periodistas.

Tampoco debe olvidar que uno de los graves males del kirchnerismo, entre tantos otros, fue menospreciar, denostar, maldecir y ningunear al periodismo, hasta el límite de convocar a la plaza de Mayo para escupir a determinados periodistas. Milei tendría que tomar en cuenta el mensaje y darse cuenta que está jugando con fuego.

En última instancia estas reacciones de Milei con periodistas es un signo inefable de debilidad y de vulnerabilidad.

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