Por Eduardo Menescaldi
Alguna vez de chicos nos sorprendíamos cuando escuchábamos hablar de las lluvias de Ranchipur#, y la imaginación llevaba a pensar en días y días de lluvia continua para producir todos los estragos habidos y por haber.
En los últimos días en el ámbito de Capital y Gran Buenos Aires, también en otros lugares del país, la cosa es que llueve y llueve, con inundaciones, anegamientos, dificultades de traslado, sufrimiento de los mas vulnerables que junto a los problemas que sufren todos los días suman este llanto del cielo que parece reflejar una sensación de un país que da lástima y lastima.
Mientras esto ocurre, frente a la computadora vale la pena dar rienda suelta a la reflexión, porque se están cumpliendo los primeros cien días de la llegada del presidente Javier Milei al poder.
Si se escucha la radio -cada vez mas servicio- los oyentes como la lluvia descargan sus cuitas. En la provincia de Buenos Aires en general y en el Conurbano en particular las quejas pasan por los aumentos de impuestos, como el inmobiliario, patentes y el municipal.
A nivel nacional desde la vocería presidencial se siguen mencionando todos los días irregularidades que se encontraron del gobierno anterior, léase PAMI, planes sociales, fondos fiduciarios, licitaciones, entre otros.
Frente a este panorama, la respuesta del gobierno es el ajuste en su máxima expresión. Ayer, por ejemplo, se anunció el recorte en dos institutos oficiales relacionados con la agricultura. El vocero Manuel Adorni dijo que esos organismos contaban con 964 empleados y se ha decidido cerrarlos y reducir el personal solo 60. Lo que Javier Milei llama... la acción de la motosierra.
Desde lo económico se destaca la fidelidad al ajuste, el deficit cero innegociable, que no salga mas de lo que entra, en fin, usar la guadaña contra el despilfarro que estalló en el gobierno anterior, sobre todo en los últimos meses del ministro Sergio Massa, que con el plan platita lanzó al ruedo una emisión ilimitada y como perdió las elecciones, los sumideros tapados -imagen mas realista que nunca- sacaron a la luz una verguenza nacional.
Milei comanda el Titanic y en medio del temporal, hay muchos que quedan en el camino y caen al mar con o sin salvavidas, intentando salvarse como puedan.
El gobierno tiene en el Ministerio de Capital Humano una herramienta principal para paliar la situación de los mas vulnerables. Se apuesta a terminar con los intermediarios -los gerentes de la pobreza- y como se realizan licitaciones presuntamente con transparencia y eso se advierte en lo que se tarda para que los alimentos lleguen a los comedores, como denuncian los piqueteros (haciendo la vista gorda de los males que supieron producir con la actuación de los intermediarios).
La realidad es que todavía sigue la luna de miel de un gran sector de la población con el presidente, que entiende que resolver el intringulis que dejó el gobierno de los Fernández y Massa, llevará un buen tiempo y hay que tener paciencia.
Resignación con esperanza parece ser la respuesta que hoy da la población al nuevo gobierno. Aunque Milei sabe que esa paciencia tiene límites (como tienen los terrenos... ) y habrá que tener cintura política para afrontar lo que viene con sabiduría. De todas maneras, lo que pasó antes fue tan horrible que desencadenó el gobierno de un outsider. Un Milei que le ganó a todos, sobre todo a la política tradicional y que está poniendo en cartelera que el kirchnerismo dejó el tendal... Y sobre llovido mojado.. hoy mas que nunca vigente el dicho. Ah! Si como todo esto fuera poco, hoy la Argentina padece el crecimiento del dengue... ¿No será demasiado, Señor?¿Habrá que recurrir al Papa argentino para que Dios se acuerde de nosotros y nos de una mano?¿O acaso ya Dios no tiene manos para darnos y nosotros tenemos que dársela a el?
#Las lluvias de Ranchipur fue un filme de 1955 que transcurre en la India en medio de los efectos de los vientos monzónicos y lluvias interminables. Protagonistas Lana Turner y Richard Burton. Relatan la historia de una pareja que llega a Ranchipur. Ella (Lana) llega con su marido y conoce a un médico (Burton) del que se enamora. Pero para el inconciente colectivo quedó flotando la imagen de lluvias, lluvias y mas lluvias.
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