LOS CIEN DIAS DE JAVIER MILEI: LOS DILEMAS DE UN PRESIDENTE DISRUPTIVO


 Por Eduardo Menescaldi

Apenas han pasado casi cien días desde aquel 10 de diciembre en que asumía la presidencia de la Nación y muchísima agua corrió bajo el puente, que parece que Javier Milei gobierna desde hace mucho mas tiempo.

Milei ha generado adhesiones y rechazos, críticas y aprobaciones, coincidencias y repulsiones en este tiempo.

Lo cierto es que todavía el presidente no gritó ningún gol desde que gobierna, porque se cayó la llamada ley ómnibus, que recibió el acuerdo en el tratamiento en general pero se frustró en la votación en particular.

Tampoco recibió buenas noticias del DNU en el Senado, con un rechazo importante por 42 votos contra 25.

Frente a ello el presidente -esta noche estará con el periodista Luis Majul en el programa La Cornisa por La Nación+- sigue pergeñando estrategias para desarrollar su programa.

Lo cierto es que es el primero que cumple lo que prometió en campaña. Todavía se recuerda que Carlos Menemj, un político admirado curiosamente por Milei, alguna vez reconoció que si decía en campaña lo que iba  a hacer seguramente no lo hubieran votado.

Milei dice la verdad y va hacia adelante contra viento y marea. No cuenta con un gran respaldo institucional en el Parlamento, con muy pocos diputados y senadores de su línea, lo que obliga a buscar acuerdos, no consensos porque no le gusta la palabra, lo que hace mas difícil la consecución de sus ideas en el Congreso.

Frente a ello, los analistas periodísticos suelen dar consejos al presidente. Así, por ejemplo, en el diario La Nación sus principales columnistas lo alertan. Jorge Fernández Díaz sugiere que Milei se ha mostrado hasta ahora practicando el arte de crear un Waterloo cada quince días, sin hacer caso a las recomendaciones y tropezándose con la realidad como ocurrió días atrás en el Senado con el DNU. 

Dice Fernández Díaz que Milei necesita urgentemente que los "enemigos" vengan a salvarlo de todas su desnudez. Y advierte que si no aprende la lección seguirá convirtiendo en enemigos incluso a quienes quieren ayudarlo

Por su parte,  Joaquín Morales Solá titula "antes de que la política diga basta", y sugiere que quizás haya llegado el momento en que el gobierno reflexione sobre la necesidad de convertir el DNU en un proyecto de ley, y lo fundamenta en que hay líderes que están dispuestos a votar a favor de gran parte del contenido del DNU. Aquí menciona a Elisa Carrió. Y aclara que esos que van a votar a favor no están dispuestos a hacerlo a libro cerrado. "El presidente debe anticiparse al momento en que la política dirá basta".

Ahora la mirada estará puesta en la Cámara de Diputados, que tendrá que decidir si el famoso mega DNU es aprobado o rechazado. Dicen que en este Cuerpo la relación de fuerzas es diferente a lo que ocurre en el Senado, donde el kirchnerismo y los aliados tienen mayor influencia, e incluso se unieron para repudiarlo, incluso acicateados por las críticas de Milei y los calificativos muchas veces improcedentes.

En ese Senado, la voz cantante de la oposición no K la tuvo el radical Martín Loustau, quien dijo que no era constitucional el DNU y aprovechó la volteada para acusar al gobierno de amenazas, extorsión y otros males. Eso provocó un quiebre en el radicalismo, porque hubo diez senadores que votaron a favor del DNU, lo que generó mucho revuelo en el histórico partido.

En Diputados el gobierno tendrá que moverse con mejor cintura y con cierta astucia política, para terminar logrando que no se repita lo ocurrido en el Senado. En este sentido, será fundamental la acción del presidente del Cuerpo, Martín Menem, por un lado, los legisladores dialoguistas por el otro, y el propio ministro del Interior, que está convocando a los bloques para exponer el tema e incluso hablar de la nueva ley ómnibus, aunque muy acotada en relación a la original, a tal punto que algún humorista dijo que en lugar de ser ómnibus se transformó en traffic o combi.

En estos cien días del presidente Milei, hay que convenir que el hombre no escatima convicciones y a veces no mide ni siquiera los límites, como ocurrió con los chispazos con la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien tuvo el tino de avisar lo que podía pasar en el Senado y que aguantó como pudo el avance del kirchnerismo reiterando los pedidos de sesión para tratar del DNU.

Victoria Villarruel, ya rechazado el  DNU, brindó un video en el que ratificó la adhesión a Milei, la defensa de la institucionalidad y dejó claro que no va a ser Cristina Kirchner (la lectura pasa por la relación de CFK con Alberto Fernández).

Milei avaló un llamado a la rebelión fiscal contra el impuestazo que aplicó el gobernador Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires. Lo hizo apoyando un planteo de José Luis Espert en ese sentido. Dijo que ese impuestazo es un robo descarado (no olvidar que en la práctica las patentes y el inmobilairio urbano y rural tuvo subas superiores al 300%). 

Hoy estará el presidente con Luis Majul y seguramente se tocarán todos los temas, entre ellos este respaldo a Espert con el llamado a una rebelión fiscal, que podría considerarse como un exabrupto hacia el gobernador en esta batalla tan particular que protagonizan, y que a algunos les puede hacer recordar la historia del siglo XIX con los enfrentamientos entre la Confederación Argentina y la provincia de Buenos Aires.

Quizás también se hable de una publicación del director de Perfil, Jorge Fontevecchia, quien habló de un eventual pedido de juicio político al presidente como una iniciativa que manejan algunos sectores políticos. En una nota sin duda polémica, el titulo es una pregunta: ¿Pichetto presidente? Y hace toda una consideración para hacer un parangón entre esta realidad y el 2001, con la posibilidad de una asamblea legislativa que termine consagrando como presidente a Miguel Angel Pichetto. Sin duda, una barbaridad del propietario de un medio que en los últimos tiempos ha mostrando un acercamiento a los  K y a medios como Página 12 o C5N.

El periodista Ignacio Ortelli, de Clarín, La Nación+ y Radio Rivadavia, le responde a Fontevecchia, y le dice que es una verguenza ese artículo y recuerda que Fontevecchia apoyó la candidatura de Sergio Massa en su momento. Dice Ortelli que es lamentable lo publicado cuando recién pasaron tres meses del gobierno de Milei.

En síntesis, la Argentina pasó del horror del kirchnerismo, que gobernó 16 años de los últimos 20, a un outsider, un disruptivo, un hombre que no tiene antecedentes y que ganó las elecciones con muy poca experiencia política. Milei es un fenómeno en todo el sentido de la palabra -lo que aparece- y si la mayoría decidió votarlo hay que aceptar ese resultado. 

Los senadores K que apelaron a la República, la Constitución, las leyes, la institucionalidad, etcétera, para rechazar el DNU -cuando durante el gobierno K nunca se rechazó un DNU- tendrían que mirarse al espejo, dejar de lado la hipocresía, el cinismo, la corrupción y hacer autocrítica para entender por qué ganó Milei. De lo contrario, se meterán como siempre en el mar encrespado de sus propias pasiones, sacudidos porque les quitan los privilegios.

De todas maneras, no se resignan y mañana lunes se anuncia un piquetazo nacional, con mas de 500 cortes en todo el país, piquetes en los accesos como el Puente Pueyrredón y la autopista Buenos Aires-La Plata. Defienden a los gerentes de la pobreza, cuando se la pasaron haciendo crecer a la industria de la pobreza. 

Milei tiene sobre sus espaldas todos los dilemas de un presidente disruptivo, con la legitimidad de los votos y de quienes lo apoyan porque quieren que de una vez por todas algo cambie en un país que merece ser vivido.

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