En un excelente reportaje que esta mañana le realizó por Radio Continental el periodista Santo Biasati a su colega Hugo Alconada Mon, de La Nación, se habló de Chocolates y fondos fiduciarios.
Alconada Mon se refirió a la investigación que efectuó sobre l s llamados Chocolate en la provincia de Buenos Aires, descubiertos en los cajeros automáticos de La Plata sacando dinero con tarjetas de débito de presuntos empleados de la Legislatura. El primero fue el señor Rigau, con 49 tarjetas, pero parece que no es el único, y que hay también dos o tres "chocolates" mas.
Pero no quedó ahí la charla entre periodistas. Alconada Mon también habló de los fondos fiduciarios, que fueron los que trabaron e hicieron caer la llamada ley ómnibus en la Cámara de Diputados de la Nación, durante el tratamiento en particular.
Según comentó Aldonada esos fondos fiduciarios, al menos los investigados, suman 29 pero habría mas, porque no hay datos de su funcionamiento ni control ni auditoría. Explicó que las cifras que se manejan con dichos fondos fiduciarios son elásticas, pero abrumadoras. Dijo que podrían estar entre UN BILLON y UN BILLON Y MEDIO de pesos. El periodista subrayó que decía Billón con B al principio, lo que amerita que se ponga el alerta sobre el manejo de esos fondos. Porque no se sabe cuántos son, tampoco a donde va la plata, quién la administra, etcétera. Es una caja impresionante de la política, que en algunos casos puede tener un fin noble -ejemplificó con el caso de un fondo relacionado con los ovinos, que fue utilizado para afrontar el rescate en el sur ante desastres naturales- pero que en la mayoría constituye un misterio que merece ser develado.
Cuando el presidente Javier Milei envió el proyecto y puso el énfasis en este acápite, saltó la térmica, el proyecto fue descuartizado y desde Israel dio la orden de darle de baja, con la vuelta a comisión, que reglamentariamente era volver todo a fojas cero, aunque parece que los diputados de la Libertad Avanza lo desconocían.
Ahora que se investiga el tema de los fondos fiduciarios salen a la luz muchos despropósitos, porque son cifras sideras que ameritan y urgen un control, para conocer su destino. Cuando desde el Poder Ejecutivo se repite hasta el cansancio de que no hay plata, la contrapartida pasa por averiguar qué ocurre con los fondos fiduciarios, por ejemplo, como otros temas que merecen ser destapados.
El ministro de Economía, Luis Toto Caputo, le dijo al periodista Luis Majul en un reportaje que este país es el de los kioscos y los curros por todos lados. Lo que se está investigando de los fondos fiduciarios podría estar dentro de esta cuestión y el ciudadano necesita que desde el poder se le expliquen a donde va la plata para que se sepa en qué se gastan o invierten los dineros que aportan los contribuyentes.
El kirchnerismo salta la térmica cuando se investiga el uso y abuso de fondos, sobre todo en esta parodia de suponer que se ataca a "la cultura" cuando se discuten los fondos que se destinan a pagar a artistas, generalmente afines al régimen de los últimos cuatro años.
No sería el caso de Lali Espósito, que cobra un cachet y si se lo pagan, grita buenísimo, aunque en el Cosquín Rock, un evento privado, pareció confundir las cosas y habló de antipatrias, giles, etcétera a los que criticaron que haya cobrado una fortuna por parte del gobernador de La Rioja, Quintela, quien está reclamando dinero al gobierno de Milei porque asegura que no tiene plata para pagar sueldos. Entonces el presidente le recuerda el cachet que le pagó a Lali... y ahí estalló la polémica. Porque Lali se sintió afectada, cuando en realidad ella fija un cachet y si se lo pagan, no importa quien.
Milei no tendría que cruzar mensajes con la artista, porque se trata del presidente de la República. En todo caso debería investigar el uso de los fondos que reciben las provincias de la Nación, porque si fueron para pagarle el recital a Lali, entonces aquí hay algo que produce inquietud. La Rioja pobre y destina 34 millones para pagarle a una artista popular...
Después aparece una especie de L-Gante, que era ilustre desconocido, con el nombre de Dillom (Dylan León Masa) y arma otro desquicio, en el Cosquín Rock, cantando que había que matar al ministro Caputo en la plaza. Y se descubre que este jovencito fue declarado personalidad destacada de la Ciudad de Buenos Aires por la Legislatura, y si uno se adentra en sus letras, la verdad es que meten miedo...
Ojalá que se investiguen como corresponde los fondos fiduciarios y salga a la luz una tremenda caja negra de la política, que bien podría darle la razón al presidente para atacar a lo que llama la casta política y el uso y abuso de los fondos de los ciudadanos.
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