En defensa a ultranza del teatro independiente, el actor, autor, director y dramaturgo correntino Mauro Santamaría (foto) le envió una carta abierta a la actriz y humorista Fátima Florez, pidiéndole su participación para evitar que se derogue la ley que creó el Instituto Nacional de Teatro, que es el nervio fundamental del desarrollo del teatro independiente a lo largo y a lo ancho del país.
Solicita que no se corte de cuajo la ley que lo creó en 1997 y que tenga en cuenta que como artista exitosa, teniendo en cuenta el lugar que ocupa en la sociedad y la cercanía con el poder -como pareja del presidente Javier Milei- que puede transformarse en la gran heroína de este tiempo, intercediendo para que el INT siga funcionando.
Comienza diciendo Santamarina que "nunca en mi vida he molestado a una artista consagrada por temas personales, pero la gravísima circunstancia que está atravesando el teatro independiente me llevan a hacerlo. Desde ya le agradezco la atención dispensada.
"Acudo a usted porque la naturaleza de esta solicitud solo un artista puede comprender. Es sabido que para llegar a donde usted llegó se requiere muchísimo esfuerzo, talento y algo de suerte.
Sin embargo, el duende del teatro, ese que se apodera del artista al subir al escenario y que usted muy bien conoce. Ese duende que solo existe entre el artista y el público, ambos de carne y hueso, se replica en todos los teatristas de la inmensa Argentina. Teatristas que brindan su magia como lo hace usted al gran público y curiosamente ese gran público no está solo en la calle Corrientes, ni en Mar del Plata ni en Carlos Paz. El gran público se encuentra a lo largo y a lo ancho del país , en pequeñas salitas, galpones, plazas, garajes, que existen en casi todos nuestros pueblitos.
Ese gran público que probablemente nunca tendrá acceso a espectáculos de rutilantes marquesinas, como tal vez tampoco lo tendrán los artistas provincianos.
No obstante, y gracias a la incansable lucha de nuestros teatristas de entonces, se ha conseguido que en 1997 se sancione una ley que permitió que el habitante de Las Lomitas, en Formosa, Clodomira en Santiago del Estero, Tinogasta en Catamarca, Tapebicuá en Corrientes, Lago Epuyén en Chubut, Simoca en Tucumán, Chardi en Chaco, Caspalá en Jujuy, Ulapes en La Rioja, Puerto Almanza en Tierra del Fuego, Koluei Kayke, en Santa Cruz, Chipauquil en Río Negro, Caviahue en Neuquén, El Sosneado en Mendoza, Alpachiri en La Pampa, Cazón en la provincia de Buenos Aires, Ischilin en Córdoba, Capivará en Santa Fe, Arroyo Cei en Entre Ríos, Campo Grande en Misiones, Angastaco en Salta, entre otros muchos puedan tener la maravillosa posibilidad de al menos por unos instantes dejarse hechizar por la magia del teatro, transportando a mundos inalcanzables.
Hoy quieren quitar de cuajo esa posibilidad de soñar como sueña usted cuando planifica sus espectáculos y todos los teatristas, a la vez de robarle al gran público la libertad a través del arte de poder pensar y reflexionar y reafirmar de alguna manera su existencia.
El destino quiso que por extraño sortilegio hoy usted se encuentre en un lugar estratégico, por el cual podría convertirse en heroína para mas de 900 mil trabajadores de la cultura y alrededor de 8 millones de beneficiarios que conforman ese gran público de allá lejos.
Hoy usted puede convertirse en una heroína para la cultura del país. Como artista usted sabe que la cultura no es otra cosa que la memoria del pueblo. ¿Se imagina levantarse una mañana sin memoria? ¿Se imagina usted el caos que puede acarerear un pueblo sin memoria?
Usted desde su lugar y solo usted como artista iluminada y colega puede entender y ayudar a que no desaparezca el Instituto Nacional de Teatro que da oxígeno al teatro independiente y mantiene viva la memoria de toda la comunidad civilizada.
Descuento su ayuda incondicional y la saludo con el respeto de colega a colega".
Digamos que esta carta la publicó en su página de facebook la querida actriz quilmeña, Patricia Santi.
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