Ya se encuentra viajando de retorno a la Argentina el presidente de la Nación, Javier Milei, junto a su reducida comitiva, que participó en Davos, Suiza, del Foro Económico Mundial. Allí el jefe de Estado pronunció un encendido discurso en el que destacó las bondades del capitalismo y alertó sobre los perjuicios del colectivismo.
Mientras esto ocurre, en la Argentina avanzan las negociaciones del oficialismo con sectores de la oposición para consensuar un dictamen referido a la llamada ley ómnibus, que se trata en el plenario de las comisiones de Legislación General, Asuntos Constitucionales y Presupuesto y Hacienda en la Cámara de Diputados.
Se esperaba llegar a acuerdos, con la aceptación de modificaciones propuestas por la oposición, a efectos de producir dictamen y rápidamente convocar al plenario en el recinto en los próximos días. La incógnita pasa por saber si esa sesión será antes o después del paro y movilización que convocó la CGT, ATE y otras organizaciones para rechazar la ley ómnibus y el DNU 70/23.
Ese paro está previsto para el miércoles 24 de enero desde las 12, y tiene la particularidad, digna del record Guiness argentino, de realizarse apenas a 44 días de la asunción del gobierno de Javier Milei.
La CGT, principal entidad obrera, junto a los otros organismos avisan de este paro cuando la realidad es que durante los últimos cuatro años, en el gobierno de Alberto Fernández, Cristina Fernández y Sergio Massa no realizaron ninguna medida de fuerza, cuando los números ameritaban alguna decisión, con el aumento de la pobreza y la indigencia, la emisión monetaria sin límites, sobre todo en los últimos meses cuando el entonces ministro de Economía y candidato, Sergio Massa, apuró la emisión monetaria dentro de un plan platita que significió emisión descarnada.
Así las cosas la Argentina se apresta a vivir la próxima semana días agitados, por las dos posiciones en pugna. Por un lado, la apuesta del presidente Milei con las iniciativas enviadas al Congreso y por otro lado, la oposición mas dura agitando las aguas de la discordia para navegar en mares embravecidos. ¿Quién ganará la apuesta...?
En el medio millones de argentinos que miran lo que pasa sin entender o desorientados porque un gobierno que recién empieza históricamente necesita recibir beneplácito frente a sus propuestas y no una oposición dura capaz de provocar situaciones no deseadas.
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