Por Eduardo Menescaldi
Seguramente, la Argentina debe ser un país inédito en todos sus ámbitos. Estamos transitando los primeros días de un mes de enero muy particular, porque recién se han cumplido 25 días desde la asunción del gobierno de Javier Milei.
Sin embargo, se están dando hechos no habituales en este mes. Porque la CGT y ATE, entre otras organizaciones, han anunciado un paro de actividades y movilización para el miércoles 24 de enero. Un paro en tiempo récord, del que no se tiene memoria en las cuatro décadas de democracia que se viven desde la vuelta en aquel diciembre de 1983.
El paro anunciado será en pleno verano, en el mes de la feria judicial y en principio para repudiar el mega DNU del gobierno junto a la reforma del Estado propuesta por el Poder Ejecutivo.
La CGT y ATE, a través de sendos reclamos y amparos, lograron que desde la justicia se suspenda el DNU en el capítulo de reforma laboral. Estas mismas organizaciones tienen como antecedente no haber realizado una sola medida de fuerza contra el gobierno de Alberto Fernández, en los últimos cuatro años.
La CGT y ATE se sienten tocados por los intereses que se ven afectados por el DNU y la reforma del Estado.
El mega DNU, que no tiene antecedentes en la historia democrática, abarca una enorme paleta de temas, en los que se amontonan cuestiones que serán difíciles de aprobar en su totalidad.
Por eso no debe extrañar lo que pasó hoy con el encuentro del intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro y el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, con el ministro del Interior, Guillermo Francos, donde el saldo es que prácticamente se ha decidido modificar el tema de la pesca en el mar argentino. Porque el DNU hablaba de liberar la pesca en ese mar y después de la charla, se anunció que se va a dar marcha atrás y se van a aceptar los reclamos de los gobernadores de las provincias patagónicas.
Incluso el gobernador de Chubut adelantó que su provincia será la primera que adherirá al aggiornamiento de la justicia.
Esto puede repetirse en otros temas, que no tienen el consenso, por lo que seguramente se va a trabajar mas que nada para acelerar lo relativo a los temas donde hay acuerdo y dejar de lado los que generan rispidices.
Quizás el DNU cometió el error de sumar temas sin solución de continuidad, cuando debería haber puesto el acento, vale repetirlo, en las cuestiones que la mayoría de los partidos aprueban.
El presidente de la Nación, Javier Milei, confía en tener el apoyo necesario en el Congreso para aprobar las iniciativas que envió, pero debería ir calibrando la situación frente a un kirchnerismo que va a poner palos en la rueda, como lo mostró hoy en Diputados, concretamente en la Comisión de Presupuesto. Se quejó Unión por la Patria por lo que dicen que no se cumple con la Constitución y el reglamento de la Cámara, olvidando, como hoy les recordaron, que durante cuatro gestiones K se la pasaron esquivando reglamento y Constitución, persiguiendo al periodismo, atacando a la justicia...
El primer mandatario quiere que las iniciativas se aprueben en la sesión de Diputados del próximo 25 de enero, curiosamente un día después del paro que propusieron los sindicalistas.
Milei tendrá que reconocer que si bien necesita celeridad, debe tener en cuenta los tiempos de la política, apostar al consenso, escuchar a los que proponen cambios y buscar los acuerdos para lograr sacar adelante las propuestas.
Enero de 2024, la Argentina está viviendo un cambio de época. Tiene un presidente totalmente diferente a los anteriores, con un respaldo de votos importante, pero con debilidad institucional evidente. El tiempo dirá qué pasa, cómo reacciona la sociedad frente a la realidad, con aumentos de precios, devaluación, pobreza, desocupación, etcétera. Un combo que deberá ponerse la mochila para lograr que de una vez por todas el país cambie su rumbo y avance hacia una realidad que haga que valga la pena vivir aquí.
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