La inseguridad sigue siendo el principal problema que afecta a una provincia de Buenos Aires que parece darle la espalda al problema. Y dentro de la provincia, el Conurbano ocupa un lugar fundamental.
Quilmes lo vive a diario y este fin de semana no fue distinta la cuestión, aunque con consecuencias trágicas, porque tres delincuentes que huían de la persecución policial murieron al chocar en Bernal.
Según señaló la crónica policial, cinco jóvenes robaron una camioneta en Ezpeleta, en la calle Ecuador y Tucumán, y fueron detectados por la policía en 12 de Octubre y Avenida La Plata. La persecución fue brutal y al llegar la camioneta a Don Bosco e Ituzaingó el conductor perdió el control y se estrelló contra un domicilio. A raíz del episodio, dos jóvenes murieron en forma instantánea y otro fallecido tiempo después en el Hospital Iriarte. Hay otros dos delincuentes heridos internados en dicho nosocomio.
Las imágenes del auto estrellado en el domicilio -prácticamente quedó totalmente destruido- son elocuentes de un hecho mas de inseguridad, que alguna vez tendría que mover y conmover a los que tienen que hacer algo para evitar que se repitan situaciones similares.
El gobernador Axel Kicillof, la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, tendrían que tomar cartas rápidas en el asunto y buscar trabajo conjunto con el ministerio de Seguridad Nacional, a través de su responsable, Patricia Bullrich.
La inseguridad sigue dando que hablar y sería fundamental que se dejen de lado las grietas políticas y que de una vez por todas se tome el toro por las astas. Hoy el tema arrastra inquietud y muertos por doquier, como los casos de Morena el año pasado en Lanús, y este año Jennifer, Umma y tantos otros.
Ojalá que los funcionarios se hagan cargo de su responsabilidad y comiencen a tomarse medidas para que el ciudadano común no se sienta rehén de los delincuentes, que salen a robar vehículos, celulares y lo que sea, y que no escatiman nada, incluso con el agravante del homicidio como respuesta hacia las víctimas.
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