Desde el lunes próximo se podrá vivir una nueva Argentina, porque después de cuatro décadas de democracia comienza un período diferente en lo institucional y en lo político.
El flamante presidente, Javier Milei, que asumirá el próximo domingo constituye una gran novedad y una incierta expectativa sobre lo que viene.
No tiene antecedentes políticos, tampoco cargos ocupados. Simplemente es aquel "panelista" que se acercaba a un popular programa que tomaba la política como base y desarrollaba los temas con las diferentes opiniones.
Milei es una gran incógnita. No solo porque significa la gran novedad en el mundo de la política, que destierra por cierto todos los ejemplos que se dieron en las últimas cuatro décadas, sino que implica tener expectativa por lo que viene. Con la esperanza a flor de piel...
No solo Milei es la sorpresa, porque llegó al poder con un caudal político enorme. También enfrenta lo que viene con debilidad institucional, ya que cuenta con pocos diputados y senadores como respaldo, lo que obligará a desarrollar distintas estrategias para superar los eventuales temporales que se acerquen.
El Congreso que tendrá el presidente Milei es variopinto, porque va a contar con varios bloques, con los que habrá que consensuar para sacar adelante las iniciativas que envíe el Poder Ejecutivo. Sobre todo el llamado paquete de leyes -se empleó el término "ómnibus"- que para el presidente serán la principal herramienta para cumplir con los primeros objetivos.
El lunes 11, curiosamente día del tango nacional, por Carlos Gardel y Julio De Caro, se va a escuchar la orquesta oficial que tendrá que estar integrada por músico que interpreten la misma melodía y que no desafinen. El tiempo y el pueblo con su respuesta dirá la última palabra.
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