Por Eduardo Menescaldi
Javier Milei lleva apenas una semana en el gobierno y así como llegó en forma disruptiva al poder, con la bandera de "terminar con la casta", por la clase política, lo cierto es que los primeros pasos fueron por la ruta del ajuste, que se manifestó en la devaluación abrupta del dólar oficial, la suba de los precios sin control, el estallido del valor de la nafta, etcétera.
En un video que hizo el propio Milei, al sortear su dieta 24 como diputado nacional -ahí se supo que un legislador cobra algo asi como 2,2 millones por mes- sostuvo que por ahora el ajuste orilla el 60 por ciento sobre el sector público y el 40 restante, el privado. Y advirtió que el camino apunta a que el efecto sobre el privado se vaya reduciendo con el tiempo, y crezca el efecto sobre el sector público.
Pero -una de las grandes quejas de la población- todavía hay una deuda que el presidente Javier Milei tendrá que saldar en los próximos días. Se trata de atacar a la casta en toda su dimensión como prometió.
Si nos remitiéramos a los tiempos de la colonia y del virreinato, recordaríamos el llamado juicio de residencia. Significaba que cuando un funcionario terminaba su mandato debía rendir cuentas de lo realizado. Y esto es lo que se espera que Milei y su gobierno se encarguen de producir con los funcionarios que dejaron el poder el pasado 10 de diciembre. O sea, Sergio Tomás Massa, Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner son los que tendrán que dar explicaciones y hacerse cargo de su responsabilidad para que llegue a lo que el ministro de Economía calificó como "la peor herencia de la historia".
Porque los ajustes anunciados -quita de pautas a los medios porque este año se destinaron 34 mil millones de pesos en este rubro; reducción en la Cámara de Diputados de pautas, que este año fueron 1700 millones como dijo el titular del Cuerpo, Martín Menem; seguro de las obras artísticas del gobierno, en el orden de los 2,7 millones de pesos (no de dólares como se equivocó el vocero Manuel Adorni); reducción de choferes; simplificación de ministerios de 18 a 9 y secretaría de 106 a 52, etcétera, etcétera- son importantes sin duda, y justifican que la clase media y los sectores mas vulnerables sufran las consecuencias, sin embargo el votante de Milei espera que se ponga en evidencia a los responsables de tamaño desastre.
Si la cuestión pasa por aquello de que dentro de la ley todo, fuera de ella, nada, entonces hay que aplicar la ley a los que provocaron esta pandemonium, incluso con denuncias penales si correspondieran.
En realidad una semana de gobierno en la Argentina, aunque parezca mucho tiempo mas, es muy poco en cuanto a todo lo prometido por el nuevo gobierno.
Bienvenida la decisión de Patricia Bullrich de aplicar el protocolo antipiquete, que tendrá un gran desafío el martes y miércoles de la próxima semana, cuando los encabezados por Juan Grabois, Eduardo Belliboni y otros gerentes de la pobreza pretendan llegar a Capital para cortar calles y rutas, lo que desde el gobierno se pretende evitar.
Habrá que ver qué va a pasar en los tradicionales lugares de acceso a la Capital, como puede ser el puente Avellaneda. Ojalá que la sangre no llegue al río, aunque como se plantea la cuestión hay que pensar que podría haber desmanes o represión, si las fuerzas federales aplican el protocolo en toda su dimensión.
De todas maneras, Milei tendrá que evitar que se lo acuse de gatopardista, o sea promover el cambio para que nada cambie. El se ha convertido en un fiel representante de la necesidad de cambiar las cosas, aunque sabe que tendrá que tropezar con múltiples escollos, incluido aquello de que muchos referentes de Sergio Massa están metidos en sus listas o integrantes del gobierno anterior que siguen en la brecha.
Ayer se denunció que en el PAMI muchos integrantes de la Cámpora que tenían cargos en Direcciones fueron pasados a planta permanente, con menor categoría pero afincados en el lugar para que no los echen.
También ayer se descubrió algo que era vox pópuli como son las trampas relacionadas con el SIRA, que tenían una cueva en Puerto Madero con una llave para dejar la exquisita "coima" para poder realizar operaciones de importación y lucrar con el dolar oficial, para luego comerciar con otro dólar de mayor valor. Varios miles de millones de dólares se fugaron en estas condiciones ahora dadas a conocer públicamente.
Javier Milei se encuentra frente a un dilema que tendrá que ir dilucidando con el tiempo: ¿será capaz de aplicar el juicio de residencia a los responables de haberle transferido la peor herencia de la historia democrática?
JUICIO DE RESIDENCIA
Digamos que el juicio de residencia fue un procedimiento judicial del derecho castellano e indiano, que consistía en que al término del desempeño de un funcionario público se sometía a revisión de sus actuaciones, se escuchaban todos los cargos que hubiese en su contra. El funcionario no podía abandonar el lugar donde había ejercido el cargo ni asumir otro hasta que concluyera el procedimiento.
Generalmente el encargado de dirigir el proceso que asumía la responsabilidad era la persona ya nombrada para sucederle en el cargo. Las sanciones eran generalmente multas.
El juicio de residencia alcanzaba a gobernadores, alcaldes, alguaciles, virreyes, presidentes de Audiencia.
En este caso, Alberto Fernández y Sergio Massa no podrían irse a España, el primero y a Estados Unidos, el segundo, hasta que concluyese el juicio.
¿Milei se encargará de ponerlos en el banquillo...?
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