Mientras existe preocupación por lo que pueda ocurrir el próximo miércoles 20 de diciembre en la Ciudad de Buenos Aires, porque desde el gobierno se adelantó que se aplicará el protocolo antipiquetes, las organizaciones políticas y sociales que anuncian marchas para recordar los episodios del 2001 respondieron que no van a marcha por el puente Pueyrredón, por ejemplo, a la altura de Avellaneda y que sus militantes lo harán en subte, colectivo o tren para acercarse a las inmediaciones del Congreso Nacional. Incluso se apoyarían en la compañía de abogados, para aplicar una estrategia judicial frente a la situación.
La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, subrayó que no permitirán los cortes y adelantó un trabajo coordinado con su par de la Ciudad de Buenos Aires, Waldo Wolff.
Expresó que los que se manifiesten podrán hacerlo por las veredas pero no por las calles.
En la ironía le respondió el dirigente del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, sosteniendo que 50 mil personas no podrán manifestarse por las veredas.
Existe sin duda preocupación por lo que pueda ocurrir el miércoles 20 y desde las dos partes, que no achican sus intenciones, se mantienen en su tesitura.
El analista Joaquín Morales Solá en su habitual columna de los domingos en el diario La Nación señaló que había preocupación porque los piqueteros contaban con apoyo de militantes venezolano y cubanos, que estarían armándoles la estrategia para desarrollar los piquetes frente a la posición del gobierno.
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