EL ADIOS DE ALBERTO FERNANDEZ, EN TRISTE Y SOLITARIO FINAL


Por Eduardo Menescaldi

El presidente de la Nación, Alberto Fernández, se está despidiendo del poder con la misma impronta con que gobernó durante estos últimos cuatro años, o sea, una falta de reconocimiento de la realidad, que mueve y conmueve.

En el brindis de hoy con los empleados de la Casa de Gobierno dijo, sin ponerse colorado, que había puesto a la Argentina de pie -(¿confunde el pie con la rodilla?)-, porque eso contrasta con el verdadero estado del país, que seguramente en su real dimensión mostrará el presidente electo, Javier Milei, el próximo domingo.

El mensaje de Fernández quedó pedaleando en el aire, y por las dudas, para no tener que responder las preguntas obvias, se tomó un avión a Río de Janeiro para participar de un encuentro del Mercosur.

A la hora de hacer balance, echó la culpa a la pandemia, la guerra de Rusia con Ucrania, y dijo que la pobreza está mal medida -o sea, pone en tela de juicio los números que ha dado el INDEC, conducido por el hijo de Roberto Lavagna- y sumó una serie de expresiones de alguien que no tiene una idea acabada de lo que pasa a su alrededor.

Durante cuatro años, este gobierno no tuvo paros en contra, como si la Argentina viviera un mundo color de rosa, cuando esa realidad solo está en la imaginación de Alberto Fernández, que al igual que su socia, Cristina Kirchner, y su ministro de Economía, Sergio Massa, se hundieron en un fango que terminó embarrándolos. En ese sentido, los números de la última elección han sido contundentes para expresar el hartazgo de la ciudadanía frente a un sistema que después de dos décadas de kirchnerismo -y un intervalo del macrismo- dejó al país en una situación de catástrofe social, como lo ironizó CFK con su lenguaje de desprecio de siempre, al repetir la palabra estanflación que había adelantado Javier Milei.

Alguna vez Alberto Fernández se encontrará con un verdadero periodista independiente que le haga las preguntas que cualquier ciudadano estaría dispuesto a hacerle, y que podrían resumirse en por qué se dejó llevar por los vientos de Cristina Kirchner y nunca mostró independencia de gestión. Esa, entre tantas otras, como para conocer al verdadero Alberto Fernández al que se le puede mostrar la realidad de los números de la economía, entre otros.

Fernández, como también Massa, dejaron el tendal y frente a ello, huyen despavoridos ante posibles causas judiciales. El presidente se va a España -no va a ser asesor del presidente español, como se especuló lo cual es una gran noticia para el gobierno español-;  el ministro Massa, a los Estados Unidos, porque dice tener entidades financieras interesadas en su concurso. O sea, no se queda a rendir cuentas de los desquicios económicos desde agosto del año pasado y se instala en el país de La Derecha para ayudar al imperio (?)... 

CFK, con la ironía de siempre, dijo que va a seguir en el Instituto Patria, cerca del Congreso.  Habría que preguntarle a la vice: ¿Alguna vez se ocupará de la Unión de los argentinos y hará Patria en serio mas alla de su ego personal que la convierte en una voraz expresión del poder en su máxima consideración?

Comentarios