Desde el gobierno nacional se reconoció que hubo un error de información y se destacó que el DNU que anunció ayer el presidente, Javier Milei, recién entrará en vigencia el viernes 29 de diciembre.
Desde ya el decretazo ha provocado un auténtico cimbronazo, por la magnitud de las medidas anunciadas pero también por la reacción de sectores afectados.
Se ha despertado la CGT, que durante los últimos cuatro años estuvo ausente y dormida con el gobierno kirchnerista, para evaluar las decisiones que se van a tomar para enfrentar el DNU y no sería extraño que la principal entidad sindical anuncia la fecha de un paro general, que de concretarse pondrá a los ciudadanos argentinos en una auténtica disyuntiva.
Porque el 54 por ciento que votó a Javier Milei para terminar con el kirchnerismo y repudiar los últimos cuatro años que llevaron al país a la inflación, la pobreza y la degradación, tendrá un desafío para apoyar las decision es de un presidente que no escondió su mensaje y que comenzó a actuar en forma coherente con lo que dijo en campaña.
Quienes han salido a criticar el DNU deberían saber que hay un paso institucional, que es el envío de la norma al Congreso para su tratamiento por la Comisión Bicameral y después serán los plenarios de ambas Cámaras los que deberán decidir al respecto.
Pero el kirchnerismo, que nunca se banca no tener el poder, comienza a hacer ruido para poner palos en la rueda de la acción del gobierno actual, que fue votado en forma mayoritaria.
Tendrían que respetar la democracia y ponerse al servicio de los instrumentos que tiene este sistema de gobierno.
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