SE CUMPLEN TRES AÑOS DEL FALLECIMIENTO DE DIEGO MARADONA


 Fue el 25 de noviembre de hace tres años cuando el mundo del fútbol en particular y de la Argentina en particular, y también distintos lugares del universo, se conmovía con el fallecimieneto de Diego Armando Maradona.

El astro que le dio enormes alegrías al país, también algunos sinsabores, moría sorpresivamente. Ahora la muerte está calificada como homicidio y pronto será el juicio a los imputados de haberlo dejado morir sin darle la atención médica y sanitaria correspondiente.

Maradona nació en Villa Fiorito el 30 de octubre de 1960. Desde muy chico se fue destacando por sus condicioens futbolísticas, desde la época en que era un Cebollita que atraía multitudes.

Cuando jugaba en las inferiores de Argentinos Juniors solía movilizar a los públicos en sus prácticas de jueguitos con el balón en los intervalos de los partidos profesionales.

En el Bicho se fue ganando la consideración de todos. Todavía se recuerda un reportaje que le hizo el periodista Horacio Pagani, quien ya advirtió en el jugador la presencia de un crack.

Otro hecho icónico es un video que con el tiempo se viralizó, en el que el niño Maradona señalaba sin ponerse colorado que quería ser campeón mundial con la selección argentina.

Después de Argentinos, tuvo un memorable paso por Boca Juniors, y salió campeón con el técnico Silvio Marzolini y un gran equipo, en el que brillaba Miguel Brindisi.

El fútbol del mundo admiró su talento con el paso por el Barcelona de España, primero, club en el que sufrió una dura lesión, y en el Nápoli de Italia, donde fue el ariete principal para que el club sumara títulos. A tal punto que Nápoles es la ciudad que mas quiere y recuerda en el mundo a Diego Maradona.

También jugó en el Sevilla de España y se despidió en Newell´s.

En lo que respecta a la selección, el técnico César Menotti lo dejó afuera del equipo de 1978 que ganó el cetro mundial. Pero al año siguiente lo llevó al juvenil, que ganó el campeonato en Japón, con un Ramón Díaz implacable como goleador.

En 1986 fue la columna vertebral del campeón mundial en México, con el inolvidable 22 de junio y la victoria sobre Inglaterra, con un gol "con la mano" y otro como "con la mano", este último que quedó para siempre en el imaginario colectivo con el maravilloso relato de Víctor Hugo Morales, que lo calificó de "barrilete cósmico".

La vida de Maradona tuvo sus bemoles. Los malos entornos terminaron por arruinar sus relaciones familiares. Porque quedó atrás su gran amor, Claudia Villafañe, que le dio dos hijas, Dalma y Yanina, y muchas otras mujeres pasaron por su vida, como Verónica Ojeda y Rocío Oliva.

Tuvo problemas de adicciones, drogas, las burbujas de los amigos del campeón, que lo llevaron irrremesiblemente a tener que superar todos los días el hecho de ser Maradona en todo el mundo, un pasaporte que abría puertas en todo el mundo.

En Punta del Este, en un verano, salvó su vida milagrosamente. Tuvo etapas de recuperación en Cuba.

También incursionó en la dirección técnica, junto a Carlos Fren en Mandiyú de Corrientes, en Rácing, en Newell´s, en la selección argentina, aunque en este último caso con poca fortuna, como la goleada que le aplicaron Alemania en un mundial y Bolivia en eliminatorias.



Su última labor de técnico fue en Gimnasia y Esgrima La Plata. Allí recibió el calor de los hinchas, mientras su salud se deterioraba y los buitres se disputaban su fortuna y se acercaban a su entorno para sacar tajada.

El día de su cumpleaños 60 fue llevado al estadio de Gimnasia, con una imagen lamentable, que hablaba a las claras de las necesidades de cuidado de su salud. Fue el principio del fin. Porque 26 días después, antes del mediodía la información movía y conmovía: murió Diego.

Su velatorio fue en la Casa Rosada en medio de un caos, con el presidente Alberto Fernández con un megáfono pidiendo a la multitud que no saltara las vallas.

Diego dejó para la posteridad su amor por el fútbol, en todo caso es el símbolo de la esencia del fúbol argentino. 

Sus frases quedaron para siempre como mensajes eternos: Yo me equivoqué y pagué, la pelota no se mancha, Me cortaron las piernas, La tenés adentro...

 Como dijo alguna vez Menotti, Diego es la expresión genética del fútbol argentino.


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