Por Eduardo Menescaldi
El próximo será el día D del esperado debate presidencial entre los dos candidatos a presidente de la Nación: Sergio Massa, por el oficialismo y Javier Milei, por la Libertad Avanza.
La cita es el domingo 12 de noviembre a las 21 en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.
Una movida que puede terminar definiendo lo que muchos indecisos hoy siguen sin saber si votarán en blanco, anularán su voto o directamente, no irán a sufragar.
Quizás los argumentos de uno u otro sirvan para que este sector tan importante del electorado se defina para el acto del 19 de noviembre.
Massa sigue recorriendo el país, en su calidad de ministro de Economía, presidente en ejercicio y candidato del oficialismo. Incluso ha ido a canales donde el oficialismo no tiene demasiado apoyo -el caso emblemático La Nación+ en el programa de Luis Majul- con el objetivo de convencer a los seguidores de ese medio.
Massa suele decir que es una chicana achacarle cuotas de kirchnerismo. En ese sentido utilizó esa palabra -chicana- para contestarle a la periodista María Laura Santillán.
También predica que a partir del 10 de diciembre empieza el nuevo país, que se apuesta a un gobierno de unidad, llamando a sectores de la oposición, etcétera, como si no perteneciera a este gobierno, en el que ha ocupado distintos cargos, porque antes de ser ministro de Economía desde agosto del año pasado, fue presidente de la Cámara de Diputados, y los legisladores de su sector, Partido Renovador, siempre apoyaron todos los movimientos del oficialismo. Incluso firmaron la decisión de enjuiciar a los miembros de la Suprema Corte por mal desempeño.
Pero en la última reunión de la Comisión de Juicio Político, el día después de conocerse la relación del diputado Rodolfo Tailhade -uno de los mas duros promotores del Juicio a la Corte- con los servicios de inteligencia, espiando a gentes de la oposición y del oficialismo, cuando se pensaba que el polémico tema iba a estallar en la Comisión, los legisladores del oficialismo levantaron rápidamente la sesión.
En el mismo sentido, diputados de la Coalición Cívica pidieron la expulsión del Cuerpo de Tailhade.
Con estos elementos, el candidato Sergio Massa prefirió apostar a la campaña del miedo, y eso se advierte en todo el espectro del oficialismo, en todos sus estratos, que se encargan de mostrar a la ciudadanía todos los males que se podrían dar si gana el candidado Javier Milei.
AVANZA LIBERTAD
Desde el lado del candidato Javier Milei, una serie de condimentos acompañan su figura, teniendo en cuenta una serie de ideas que lanzó en su momento y que podrían provocar, en el decir de muchos economistas, un caos social y devastación económica.
Se recuerda que Milei habla de dolarización, cierre del Banco Central, fuerte ajuste, campaña contra el déficit fiscal, recorte del Estado, etcétera.
Milei sabe que le están haciendo esa campaña del miedo y parece haber tomado conciencia de ello, porque en los últimos días se ha mostrado mas moderado que de costumbre.
Milei, el disruptivo, a quien se lo acusa que de ganar será un salto al vacío, sonríe cuando le mencionan la campaña del miedo. Y retruca diciendo que esos miedos se han venido dando en los últimos años de kirchnerismo puro, porque salvo el interregno de Mauricio Macri, en las dos décadas recientes todo es mérito y culpa del kirchnerismo. Y Milei agrega que uno de los principales culpables del récord de inflación y de pobreza que se sufre en el país es precisamente el candidato que va a dirimir con él, en debate en domingo y en sufragio el 19.
Nunca como hoy un resultado electoral tiene tan en vilo a los argentinos para saber cuál será el camino que emprenderá el país en los próximos tiempos.
Alguien dijo que compiten Drácula y Frankestein, y el terror lo vamos a vivir y sufrir los 47 millones de argentinos.
Comentarios