Gane Sergio Massa o Javier Milei, el próximo presidente de la Nación tendrá soberanos problemas para enfrentar lo que viene.
Si es Massa, o sea el oficialismo, podrá en cierto modo manejar los tiempos, apostando a enderezar un barco a la deriva, que capitanea el propio Massa. Anoche Mirtha Legrand en su tradicional programa se preguntaba si había antecedentes en el mundo de que un Ministro de Economía, en las condiciones que se dan en el país, podía ser el candidato a presidente de su mismo gobierno.
Lo cierto es que los analistas miran la situación desde una cuota de incertidumbre y angustia. Eduardo Van der Kooy, en Clarín, sostiene que la Argentina se enfrenta a su elección mas dramática. La campaña prevaleció la confrontación sucia que profundiza la grieta. Milei se apropió de la demanda de cambio. Massa ocultó a los K y al presidente. Simultó no pertenecer al gobierno. Al que gane le espera una crisis aterradora.
En el mismo medio Nicolás Wiñazki calificó a Milei como un excénterico al que le entusiasma enfrentarse a los desafíos descoocidos. Y Nacho Ortelli h abló de Massa como un pragmático extremo que se rearmó ante los fracasos. El candidato volvió al kirchnerismo y consiguió meterse en el balotaje a pesar del agravamiento extremo de la crisis económica.
Ricardo Kirschbaum, también en Clarín, calificó este momento electoral como la hora de la verdad para una sociedad exhausta y partida.
En el diario La Nación el columnista Jorge Fernández Díaz considera que este comicio es una cita con la amargura pase lo qu,e pase. En ese sentido dice que los dos candidato que disputan el balotaje, juntos y separados, componen una imagen estremecedora. "Porque revelan nuestro amor por el fracaso. Ni el mejor actor del mundo podría desimular qu,e muchos tendremos este domingo uan cita con al amargura, pase lo que pase".
Martín Rodríguez Yebra dice que se está en busca del presidente que no podía ser. Sostiene que hay tres tercios en esta contienda electoral: uno que apoya al candidato oficialista, otro al opositor y un tercero compuesto por votantes que eligieron otras opciones. Dentro de este segmento el comportamiento de los indecisos tendrá una influencia directa en el resultado de la compulsa.
Por su parte, también en La Nación, Joaquín Morales Solá dice que en el pais de los próximos años las certezas serán una nostalgia, cualquiera sea el ganador. Lo que se avecina, dice, es un período de notable fragilidad parlamentaria. También se pregunta qué será de la política, de Macri y de Cristina. Y remata que nunca nadie imaginó la reconfiguración partidaria que asoma claramente en el país que hoy elegirá a un nuevo líder. ¿Cómo será? ¿Quiénes serán sus referentes? Hoy veremos solo el amanecer de un tiempo, que no se puede descifrar.
Pablo Sirven afirma que Milei, si es elegido, deberá cuidarse y controlar a sus huestes de no entrar en provocaciones inútiles con temas estridentes que abran nuevos conflictos. No debe olvidar que estará en minoría legislativa absoluta, no cuenta con gobernadores propios y deberá sosegarse si quiere avanzar en una agenda de reformas para sumar los votos de Juntos por el Cambio.
Massa, dice Sirven, habla de un gobierno de unidad nacional y agrega que convocará a opositores en cargos claves. "Si también intenta avanzar en formas ambiciosas, habrá que ver hasta dónde le responderán los legisladores no tan propios, ya que sus listas fueron armadas por el kirchnerismo"!.
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