Créase o no de Ripley. El candidato a presidente por Unión por la Patria, Sergio Massa, ha dicho que en caso de haber nuevo debate, si hay balotaje por los comicios del 22 de octubre, va a pedir a tres universidades un examen psicofísico a los candidatos. (que en todo caso, se supone, serían el y otro, como Patricia Bullrich o el propio Javier Milei).
Recordó al general Galtieri y su alcoholismo, por ejemplo, pero no citó el caso de Alberto Lestelle que allá por el año 1996, cuando era titular de la Secretaría de lucha contra la Drogadicción, denunció en el recinto que muchos legisladores del Congreso no resistirían a un nariguetazo (aspirar cocaína).
Así las cosas, Sergio Massa parece estar demostrando que está mas preocupado por la salud psicofísica de los otros candidatos que de la propia. Porque si se trata de analizar sus actos, bien podría recurrir a un especialista, cuando en medio de la escalada del dólar se lo vio en un programa a pura joda cantando con los conductores.
Cuando la pobreza orilla el 40 por ciento, la inflación interanual supera el 130 por ciento, la jubilación mínima no llega a los 100 dólares y el salario mínimo está apenas por encima de esa cifra.
Massa es el responsable de este momento económico financiera y querer buscar en los otros la responsabilidad parece ser una habitual metodología kirchnerista de encontrar siempre un culpable de las macanas propias.
En definitiva, frente al espejo, Massa se dará cuenta de que su personalidad esconde varias en una sola.
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