Si bien se trata de una contienda la que encierra el balotaje del 19 de noviembre -fecha que podría cambiar por el feriaGdo del día de la soberanía- sin duda el superministro, presidente en ejercicio y hiperquinético Sergio Massa corre con todas las condiciones para ser el próximo presidente de los argentinos, un objetivo para el que se viene armando desde agosto del año pasado. Y si bien no lo acompañan los números de la economía -léase inflación, pobreza, emisión despiadada, etcétera- la suma de los planes dádivas, platita y platota se confabulan para que logre el ansiado objetivo.
En términos futboleros juega de local, tiene la hinchada, incluso cuenta con ventaja deportivsa (política) como es el encuentro de hoy con 18 gobernadores que le dieron el total respaldo y que en el caso del neuquino lo plantó como que si gana el contrincante, Javier Milei, desaparece la Argentina.
La realidad actual del país, caótica por cierto, tiene como responsable al gobierno kirchnerista del ausente Alberto Fernández y del superpresente Sergio Massa. Sin embargo en los comicios del pasado domingo recibió el respaldo de la primera minoría y ahora apuesta todas las cartas para ganar la segunda vuelta.
Milei se acercó a Juntos por el Cambio, mas precisamente a Patricia Bullrich y Mauricio Macri, y provocó una implosión en esta fuerza opositora, que la dejó pedaleando por el aire.
El sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo se distanció de Milei y lo acusó de no tener dignidad ni valores. Curiosa interpretación de un dirigente oportunista, que había dicho que aportaría muchísimos fiscales para el Libertario y sin embargo todo hace suponer que eso no ocurrió. Alguien dio el ejemplo de una escuela en Santiago del Estero donde los resultados le dieron una victoria del ciento por ciento a Sergio Massa, todo un hecho para el créase o no de Ripley o el libro de los Guiness.
El partido que se va a jugar el domingo 19 enfrenta a fuerzas totalmente dispares, con el agregado de los muchos que no irán a votar, de los que lo harán en blanco -léase Coalición Cívica y muchos radicales- y de los que ahora lo harán por Massa, como un buen sector del radicalismo. Sergio Massa, con su política de sacar ventaja de toda situación, tiene las cartas del ganador y hasta se podría decir que el propio Milei tendría que rever su situación e incluso apelar a aquella decisión de Carlos Menem en el 2003, que en la segunda vuelta, al verse perdedor, decidió retirarse del balotaje. Hasta el árbitro juega para Massa...
Entonces, todo está armado para que gane Sergio Tomás Massa... un político que amasa su ilusión y que hasta podría lograr que se anule un descenso en primera división, si el equipo de sus amores, Tigre, hoy pierde con Lanús en la Fortaleza y complica su situación, aunque por ahora el mas complicado seguirá siendo Colón de Santa Fe.
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