¨Por Eduardo Menescaldi.
!Cosas veredes, Sancho!. Dicen que la frase no aparece en la monumental obra de Miguel de Cervantes Saavedra, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Sin embargo, quedó latente para siempre para justificar cosas que parecen increíbles.
En este caso es el acto que se va a realizar hoy en la provincia "capicua" Neuquén, con la presencia del candidato del oficialismo, Sergio Massa.
Organiza el sindicato ATE, que se ha dado el gusto de "invitar" a sus afiliados para apoyar al candidato, y para que el que concurra no sea tildado de faltar al trabajo se le da la prerrogativa de estar con el argumento de participar... de una ASAMBLEA. Se le comunica que va a recibir un certificado para justificar que hoy desde las 9 no esté en su trabajo.
Esta jugarreta política lo tiene como protagonista al candidato, piel de amianto, que se olvidó de la escoba para "barrer a los ñoquis de la Cámpora" y que aparece en todos lados, como semidiós, con el doble rol de ministro de Economía -el que sigue repartiendo fondos a rolete, ayer los 94 mil pesos en dos cuotas de 47 mil, para desocupados- y de candidato.
Incluso ayer tuvo la "alegría" de que el presidente-ausente Alberto Fernández, a los gritos, le dijera a los que lo escuchaban que lo voten a Sergio para los comicios próximos.
Así las cosas, Neuquén es escenario hoy de una movida que describió con lujo de detalles, y un dejo de indignación en el metalenguaje, el periodista de Odisea argentina, Carlos Pagni.
ATE, el gremio de los trabajadores del Estado, no tiene reparos para apoyar a Massa y prácticamente "obligar" a sus afiliados a concurrir al acto proselitista, encubierto en Asamblea.
En un país de un Chocolate que junta la plata en los cajeros automáticos de la capital provincial -ayer en el programa de TN Somos Buenos, con Nico Wiznazky y Claudio Fioritti- se mostró el video del 9 de setiembre a eso de las 19 cuando Julio Rigau, conocido por Chocolate, retiraba dinero con 49 tarjetas de débito sin ponerse colorado. Un Chocolate que estuvo preso por esa situación pero que fue liberado por una justicia exprés por los camaristas Juan Benavídes y Alejandro Villordo, que no solo le dieron la libertad sino que también anularon la causa. Los magistrados, hoy denunciados por su decisión tan polémica, prefirieron no destapar demasiado la olla que podría afectar a muchos políticos, de todos los colores.
Massa sigue su carrera orientada a ser presidente el 10 de diciembre para arreglar los desaguisados que va a dejar... el propio Massa con sus decisiones económicas de repartir dinero a troche y moche, sin reducción del gasto público y con una emisión desenfrenada de dinero.
La señora de Massa, titular de AySA, Malena Galmarini, también se prueba el traje de primera dama. Y ayer desafió a la oposición arguyendo que se hacían los gallitos o gallitas, cuando gobernaron cuatro años... como si ella y su marido no tuvieran nada que ver con este gobierno que está por cumplir cuatro años y que sumó los otros doce de kirchnerismo puro. Malena ríe, sonríe, llora, quiere impresionar a la audiencia... y también festeja, porque logró que el Ministerio de Economía -léase su marido- acaba de destinar una importante suma de dinero... a AySA.
Massa va siempre para adelante y no mira el espejo retrovisor. Porque si lo hiciera se encontraría que en su Ministerio estuvo Silvina Batakis, hoy en el Banco Nación, que acaba de ser denunciada judicialmente por conchabar a familiares con sueldos altisimos. En fin...
Argentina, como dice la telenovela, Tierra de Amor y Venganza, que se acerca a ser una Señora de Cuatro Décadas, en una democracia que necesita mas que nunca ser paciente de sueños que puedan ser cumplidos. De lo contrario, se seguirá transitando por este camino que ha puesto a los políticos, en el decir de Javier Milei, LA CASTA, en el primer lugar de la pantalla nacional.
Y como si este combo no alcanzara, esta semana el Senado puede convertirse en un campo de Agramante, porque CFK pretende que se apruebe el pliego de la jueza Ana María Figueroa, quien fue dada de baja por la Suprema Corte cuando cumplió el límite de los 75 años. LA vicepresidenta quiere que esa magistrada, que tanto la defiende, siga en el cargo porque ese sea quizás el único objetivo que mantiene "la condenada..." para zafar de sus tropelías.
!Cosas veredes, Sancho!
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