En Mar del Sud, una localidad de la costa atlántica, ubicada a 15 kilómetros de Miramar, se anunció que después de tres décadas se logró restaurar un sector de un histórico hotel que estaba abandonado, el hotel Boulevard Atlantic, lo que significará la apertura desde octubre de un sector del lugar.
El Hotel fue construido en 1888 y funcionó hasta 1993.
En el Hotel se esconden historias, y en los últimos tiempos era un lugar abandonado, que solo mostraba a un casero-cuidador, con algo de fabulador, que vivía en el edificio con su perro: el señor Eduardo Gamba.
El periodista paraguayo Ricardo Rivas junto al camarógrafo y también periodista Andrés Salvia relató en una nota de tiempo atrás su experiencia en el Hotel Boulevard Atlantic.
En aquel momento se encontró con Eduardo Gamba, nacido en 1931. Los periodistas se encontraron un hotel en ruinas, con este cuidador tan particular. Quien alguna vez fue al lugar y pudo conversar con Gamba advirtió la presencia de un hombre de carácter hosco, desconfiado y que aseguraba que era el dueño. Por eso, si se querían recorrer las ruinas del viejo Hotel había que pagar una entrada.
Los periodistas hicieron una investigación sobre la historia del Hotel que en alguna etapa tuvo épocas de esplendor.
Gamba remontó a los periodistas a febrero de 1948, o sea 31 meses después de que el derrotado mariscal de campo alemán Wilhelm Keitel firmara la rendición incondicional de Alemania, en Berlín, frente a las fuerzas de ocupación rusas y norteamericanas, y 16 meses mas tarde de que en Nuremberg un tribunal militar condenara a los mas crueles criminales de guerra nazis y que Keitel entre otros fuera ejecutado en la horca.
En ese verano, Eduardo Gamba era un joven de 17 años. Estuvo solo diez días en Mar del Sud. Conoció a una chica, María Elizabeth Fenoglio, de 16 años. Gamba le contó a los periodistas que quedó eclipasado por esa chica, que cantaba en francés y que tenía como nombre artístico el de Mabel Dupont.
Les contó que esa joven murió trágicamente por suicidio, pues se ahorcó en la habitación 32 del Hotel.
Gamba también relató que todos los días hacía lo mismo: salía a caminar por las mañanas, descalzo, con los pies sobre la arena en el punto mismo de la rompiente.
Recordó que paseaban por la playa tomados de la mano. "Mabel cantaba La vie en rose, Mon Legionnaire, No me arrepiento de nada.
ALGO DE HISTORIA
Hay muchas leyendas en torno a este Hotel. Una de ellas, difícil de comprobar, dice que poco antes de que finalizara la guerra un submarino alemán, que luego se rindió en el cercano puerto de Mar del Plata, el 10 de julio de 1945, emergió en la costa de Mar del Sur para descargar ahí un cuantioso tesoro que hasta los sótanos del viejo hotel acompañó el mismísimo Hitler. Tan incomprobable como muy poco probable, porque todos los indicios aseguran que Hitler se suicidó junto a su pareja, Eva Braun, en un bunker a menos de 300 meteros de la puerta de Brandeburgo, el 1 de mayo de 1945.
LO QUE VIENE
Hoy está próximo a ser inaugurado el restaurante y la confitería en la planta baja del histórico edificio (foto). Se podrá disfrutar desde desayunos a cenas. Además, un jardín acompaña la fachada, con mesas y sombrillas
El señor Horacio Domenicone es el que está a cargo de esta etapa de restauración, con la planta baja en primer lugar y con los cerramientos de la planta alta en corto plazo.
Domenicone expresó a la prensa que esperan que hacia fines de octubre se puedan abrir las puertas al público con los servicios de gastronomía.
Y que a posteriori será la apertura de la planta alta, en un escenareio donde alguna vez funcionaron 76 habitaciones.
CARLOS SCHWEITZER
Vale mencionar que el nombre de Boulevard Atlantic es el que se le daba a este sector del distrito del partido de General Alvarado, donde se encuentra Mar del Sud.
La iniciativa fue de Carlos Mauricio Schweitzer, titular del Banco Constructor de La Plata. Se quitó la vida al poco tiempo, el edificio fue a remate y los nuevos dueños lo reabrieron en 1904.
Gamba recién apareció en 1970. Se quedó con el edificio, cobraba una entrada a los visitantes y contaba historias como la de Mabel Dupont.
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