Por Eduardo Menescaldi
En muchos existe la sensación de que la Argentina está viviendo una especie de fin de ciclo, un Régimen que gobernó el país en el 80 por ciento de los últimos veinte años parece estar preparando la retirada, y quizás golpeado por la respuesta de la gran mayoría, apela a una serie de respuestas que se dan de patadas con la realidad.
No puede tomarse de otra manera lo que ha venido pasando en los últimos días. A pesar que funcionarios del gobierno quieran hacer creer que no hubo saqueos sino que fueron hechos delictivos menores, las imágenes y la información que se difunde muestra a las claras que esos sucesos hacen recordar a otras etapas triste del país, como los años 1989 y 2001, con lamentables saqueos de supermercados, donde no solamente de robaba por hambre sino por la intención de pudrir la situación institucional.
En el caso de este 2023, cuando hay un camino electoral por delante, se suma a la ensalada política, económica y social, el condimento de una sensación de desgobierno y de incertidumbre. Hay ansiedad, hartazgo, tristeza, indiferencia, entre otros sentimientos.
Un presidente que no preside, pero que de pronto se pone a decir que no habla con su perro Dylan, como para poner en ridículo al gran ganador de las PASO, Javier Milei, quien sostiene que habla con sus perros, incluso los muertos. Pero el presidente, que dice que no habla porque no es candidato, de pronto anuncia que el país se incorpora al BRICS -organismo internacional que comprende a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- y pretende sumarse a las posibilidades de otros países, donde la república y la democracia brillan por su ausencia, como Nicaragua, Venezuela, Irán, Cuba...
La vicepresidenta, que fue la que engendró este auténtico muneco maldito político con la designación del presidente por twitter, no da respuestas en estos momentos y parece querer desentenderse de la situación, como lo propio hace su hijo y titular del Partido Justicialista, Máximo Kirchner, y el propio Wado de Pedro, ex candidato a presidente del oficialismo -derrocado de un plumazo en 24 horas para nominar al polifacético ministro de Economía, Sergio Massa, olvida que es el ministro del Interior actual, y tendria que dar señales cuando los saqueos se han dado en distintos puntos del país.
Se completa la cuestión con el citado ministro Massa, candidato del oficialismo, que se da tiempo para arreglar con el Fondo Monetario Internacional y preparar medidas dentro de un plan platita para mejorar su performance en las elecciones del 22 de octubre, justamente el domingo en que cumple años el candidato opositor Javier Milei, quien ha generado todo tipo de reacciones pero que sorprende por la repercusión que ha provocado.
La otra candidata opositora, Patricia Bullrich, insiste en palabras como orden y coraje. Ya dijo que en un eventual gobierno a su cargo el país no se integrará al BRICS (lo mismo sostuvo Milei).
En un clima de caos, con los piqueteros hoy inundando la avenida Nueve de Julio en Capital, la Argentina camina sus últimos días hacia las elecciones generales del cuarto domingo de octubre. ¿Qué puede pasar...?
No se vaya porque ahora viene lo mejor, como decía un histórico programa televisivo. La Argentina está viviendo una especie de fin de ciclo, el Régimen se resiste y no le gusta perder el poder... Todo va a depender del ciudadano común, el que votó en las PASO y el que no lo hizo en gran número, que frente a la urna tiene que demostrar que está dispuesto a jugarse por una Argentina que merezca ser vivida.
PD: En estos momentos el canal hiperkirchnerista C5N, parece definir el clima de fin de ciclo presentando el plan que presentó el candidato de la oposición, Javier Milei. Lo califica como plan "motosierra"... ¿cómo calificarían al actual gobierno que muestra averías por todos lados?
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