Hoy, 17 de agosto, se recuerdan 173 años del fallecimiento en Francia, concretamente en Boulogne sur mer, el padre de la patria, José de San Martín.
Como tantos patriotas murió en el exterior, en el exilio. El libertador de Chile y Perú había nacido el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú, provincia de Corrientes.
Hizo la carrera militar en España y cuando regresó al país fundó el regimiento de Granaderos.
Su primera batalla fue San Lorenzo en 1813, un 3 de febrero, en el histórico lugar del famoso convento.
Realizó la dantesca aventura del Cruce de los Andes, una epopeya incomparable rumbo a Chile, donde junto a Bernardo de O´Higgins liberaron al país hermano del opresor español.
Su campaña siguió en Perú para consagrar su independencia.
En esos tiempos en Buenos Aires reinaba la anarquía, las luchas intestinas y prefirió apartarse para mudarse al exilio. Quiso volver pero no se instaló en su patria por la lucha entre hermanos.
Se radicó en Francia, desde donde siguió los acontecimientos que se daban en nuestro país.
Fue generoso con el brigadier Juan Manuel de Rosas en la lucha contra el invasor anglofrancés, con la icónica batalla de Vuelta de Obligado. La defensa rosista derivó en que le legara el histórico sable corvo.
Murió en el exilio aquel 17 de agosto de 1850.
Sus restos fueron repatriados años después en mayo de 1880.
Hoy mas que nunca vale recordar los principios y los valores del general San Martín, que tendrían que servir de faro para los gobernantes, tanto del oficialismo como de la oposición, que actualmente tienen a su cargo las riendas del país. En un momento de incertidumbre, angustia, decepción, etcétera, hay que recurrir a los padres de la patria para tener en cuenta sus ideas y tratar de aplicarlas.
LAS MAXIMAS A MERCEDES
Hoy mas que nunca vale recordar las doce máximas que San Martín le dejó a su hija Merceditas:
1) Amor a la verdad y odio a la mentira.
2) Hable poco y lo preciso.
3) Humanizar el carácter y hacerlo sensible aun con los insectos que no perjudican. Stern ha dicho a una mosca, abriéndole la ventana para que saliese: andá pobre animal, el mundo es demasiado grande para nosotros dos.
4) Caridad con los pobres.
5) Inspirar gran confianza y amistad pero unido al respeto.
6) Respeto por la propiedad ajena.
7) Acostumbrarla a guardar un secreto.
8) Indulgencia hacia todas las religiones.
9) Amor al aseo y desprecio al lujo.
10) Amor por la patria y la libertad.
11) Dulzura con los criados, los pobres y los viejos.
12) Acostumbrar a estar formal en la mesa.
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