El diplomático Pedro von Eyken (foto) publica en sus redes una respuesta a la pregunta si el canciller debe ser político o debe ser una carrera diplomática.
"Se me suele preguntar si un buen canciller tiene que ser de carrera diplática o ser formado en derecho, ciencias políticas o relaciones internacionales.
"Quien esto escribe, doctor en ciencias políticas y diplomático de carrera durante 38 años, responde que NO a esas preguntas.
Modestamente, creo que un buen canciller, en los tiempos que corren, tiene que:
1) Hablar inglés. Esto es, como dicen los latinos: conditio sine quanon. No hay excusa.
Es la lengua del mundo y quien va a tratar con el mundo tiene que hablar su lengua internacional.
2) Conocer el mundo. Esteo no significa haber visitado 200 países sino saber cómo es el mundo y qué pasa en los principales países, ordenados estos por prioritarios entre los limítrofes, los que cuentan, los que comparten valores y los de mayor interés para el comercio exterior.
3) Tener una idea aproximada de cómo funciona la cancillería que va a dirigir, plara lo que bastaría saber que trabajará en una institución jerárquica, haber tenido experiencias diplomáticas y/o haberse reunido antes con diplomáticos profesionales y respetar su experiencia.
4) Rodearse de diplomáticos de carrera en los puestos mas sensibles del ministerio.
En la mayoría de los países serios, el canciller no es de carrera pero sí lo son los funcionarios más jerárquicos, sobre todo en lso cargos técnicos. Es mejor preguntar y así evitar improvisaciones.
Con estos recaudos mínimos, sumados a la prudencia y el sentido común, podría asegurarse el éxiteo y/o una gestión muy decorosa en el complejo de las relaciones internacionales, que son la materia, y de la diplomacia, que es su instrumento. Algunos errores siempre pueden cometerse, ya que nadie es perfecto, pero no pueden comprometer a la Nación ni al gobierno que se representa".
Sin duda, estas definiciones del doctor Von Eyken podrían tener algún destinatario con nombre y apellido, el que debería ponerse el sayo.
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