Por Eduardo Menescaldi
Hoy, 23 de julio, domingo -aquí, como futbolero, recuerdo que hace 23 años en Córdoba vivíamos en familia aquel histórico partido de Quilmes con Belgrano, que el Cervecero perdió 3 a 1, igual resultado que el encuentro de ida, por lo que no pudo acceder al ascenso, en un encuentro que dejó para la historia el gol anulado por el árbitro Daniel Giménez a Matías Milozzi, por un offside que solo el vio, ese tanto hubiese cambiado la historia- hay elecciones curiosamente en la capital de esa provincia mediterránea.
Juntos por el Cambio aspira dar el batacazo en la capital cordobesa con el candidato Rodrigo De Loredo, mientras el oficialismo apuesta a Daniel Passerini.
Así las cosas la mirada general política está puesta en lo que ocurrirá el domingo 13 de agosto -faltan tres semanas- con las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias), que van a definir los candidatos para las elecciones generales del 22 de octubre.
En Juntos por el Cambio será la disputa nacional entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, en el oficialismo, ahora Unión por la patria, el superministro de Economía, Sergio Massa y Juan Grabois. La inquietud es saber hasta dónde arriba el bochín el denominado Juan XXIII, por Grabois, que puede capitalizar al kirchnerismo duro y a los que están desencantados por la decisión de Cristina Kirchner de apostar al hombre del Frente Renovador.
Massa es una de las grandes incógnitas que deja picando la política argentina. No se puede dudar de su voracidad de poder -eso esta a ojos vista- pero lo que resulta difícil de saber es si va a ser un títere de CFK -como lo fue Alberto Fernández, el hoy presidente nominal- o si terminará liberándose de la jefa para hacer su política personal.
No hay que olvidar que si se analiza a Sergio Massa -superministro y candidato a la vez- hay inquietud por saber cuál de todos los Massa terminará imponiéndose, es decir, el que hablaba del kirchnerismo nunca mas o que iba a barrera a los ñoquis de la Cámpora, o el que parece mas kirchnerista que nunca, el que decía a principios de año que era incompatible ser ministro y candidato o el que hoy cumple las dos funciones sin ponerse colorado.
Por eso en estas horas anuncia una serie de medidas económicas que mueven y conmueven, y que ya han generado protestas del campo, de la producción, de la Unión Industrial, etcétera.
CUENTO DEL LOBO
No solo Massa hace de las suyas y emite un mensaje contradictorio. El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, que va por la reelección sorprende con sus declaraciones. Ha dicho que la oposición es el lobo y que sin el disfraz de Caperucita, asusta al electorado. Habla del lobo y lo relaciona con la oposición, sosteniendo que desde ese sector se siembra el miedo en la gente.
Curiosa expresión del gobernador, que parece olvidar que ese "lobo" que tanto le preocupa lo tiene en casa y lo puede ver simplemente mirándose al espejo. ¿Acaso no es ser lobo tener una provincia devastada, con la inseguridad, los narcos, la falta de clases, la multiplicación de empleados públicos a niveles increíbles, etcétera?
Apelar al miedo para culpar a la oposición es olvidar el miedo que simplemente produce la situación actual de la provincia.
Así las cosas, las PASO están a la vuelta de la esquina. Hoy habrá una referencia en la capital cordobesa, la semana próxima los comicios serán en Chubut, y dentro de tres semanas será la gran contienda nacional.
Ojalá la gran mayoría de los argentinos se acerque a votar ese 13 de agosto porque la opinión en las urnas es la mejor manera de decidir el futuro política de este gran país.
Hoy miramos Córdoba... y como hace 23 años, desde el fútbol con el Cervecero la ilusión está siempre puesta en el ascenso.
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